El Gobierno ha dado un paso al frente para intervenir en la situación límite que vive la Comunidad de Madrid con la pandemia. No declarará el estado alarma ni tomará el mando como le reclaman cada vez más expertos, pero puede ser el paso previo si las cosas no mejoran. De momento, Pedro Sánchez se reunirá en la Puerta del Sol con Isabel Diaz Ayuso y "aunar esfuerzos y medios". En los próximos días se podrá comprobar si el encuentro, del que aún no se ha fijado fecha, consigue estos objetivos.

La iniciativa de la reunión ha partido de Sánchez a través de una carta remitida este jueves en la que argumenta la necesidad de "reforzar los mecanismos de cogobernanza a la vista "de la evolución de la pandemia en la Comunidad que presides".

El papel de Aguado

La misiva se redactó a las pocas horas de que el vicepresidente de Madrid, Ignacio Aguado, reclamara "una implicación contundente" de Sánchez en la crisis madrileña. Aguado es el cargo institucional más relevante de Ciudadanos, partido al que ahora corteja Sánchez para los Presupuestos.

Es muy probable que Aguado apelara al Gobierno sin consultárselo a Ayuso ante la gestión caótica que está haciendo de la crisis, pero la presidenta aprovechó su carta de respuesta para recordar a su interlocutor que le había pedido un encuentro sin éxito en reiteradas ocasiones. Ayuso argumenta su misiva que Madrid al ser la capital "requiere de coordinación específica".

El Ejecutivo madrileño se ha resistido hasta ahora a tomar medidas tan drásticas como las que han aplicado otras autonomías con menor incidencia del virus para no dañar la economía. Y cuando el viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, se ha adelantado a anunciarlas por vez primera, desde la presidencia se ha pisado el freno. También podía acogerse a la declaración del estado de alarma en un solo territorio que ofreció Sánchez si es que le faltaban instrumentos legales para hacer frente a la crisis.

Madrid está en vilo desde el anuncio de los "confinamientos selectivos" en las zonas de mayor incidencia. Hasta las 11.30 horas de hoy no se sabrá si habrá o como serán. Lo anunciará la misma Ayuso.

Mensajes de calma

La presidenta mandó este jueves a dos de sus consejeros a intentar tranquilizar a los desconcertados ciudadanos. El de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, grabó un video destinado, como él mismo dijo, a "enviar un mensaje de calma en referencia a las interpretaciones que se están realizando respecto a la situación de coronavirus". En él señalaba que el Ejecutivo regional está trabajando en una "propuesta para tomar decisiones en el sentido de restringir la movilidad y reducir la actividad en las zonas con mayor transmisión del virus".

Escudero huyó de la palabra confinamiento, pero no lo descartó. Al fin y al cabo, cuando se limita la movilidad se está aplicando un tipo de confinamiento. Según la Cadena Ser, Ayuso presionó sin éxito a Zapatero para que se retractase en un vídeo de su anuncio.

El otro consejero en terciar, Enrique López, argumentó que una comunidad autónoma no puede "confinar a las personas en sus casas", sin pedir el Estado de alarma y que lo que se busca es de "reducir la movilidad y limitar los contactos no necesarios". "Hay que lanzar un mensaje de tranquilidad a la población", advirtió porque la palabra confinamiento "genera zozobra". ¿Será un confinamiento pero con otro nombre?

Antes de proponer a Ayuso la cumbre en Sol, Sánchez ya le había mandado a un recado a través del ministro de Sanidad. "Madrid tiene que hacer lo haga falta para controlar la empidemia. Quiero ser muy claro". Al provenir de Salvador Illa, que casi nunca abandona el tono conciliador con las comunidades, la exigencia sonó a orden de inmediato cumplimiento.

El panorama de fondo

Las ucis tienen ya en Madrid un 41,5% de ocupación covid, con algunos hospitales al completo, las camas un 22% y la positividad de las PCR el 22%, un índice inequívoco de que miles de casos no se detectan. La Atención Primaria está desbordada, algo que no se mide en cifras pero de lo que hay numerosos ejemplos. "Tenemos seis médicos, cuatro están de baja, uno de vacaciones, solo tenemos uno trabajando". Lo contaba con desesperación Flora, la enfermera de uno de los centros de salud de Puente de Vallecas, la zona cero del coronavirus en España.