La vista del tribunal Supremo sobre el recurso del 'president' Quim Torra a su condena por desobediencia, el Govern bipartito aborda el tramo final de esta experiencia en común, sea porque la sentencia confirme la inhabilitación, activando el reloj de las elecciones, sea porque da la razón a Torra, con lo que se abriría la puerta a agotar la legislatura. Y siguiendo la tónica de toda la legislatura, JxCat y ERC llegan sin haber pactado los pasos a seguir en este último tránsito. O en lenguaje de los partidos, sin acordar aún una respuesta unitaria a la eventual inhabilitación de Torra.

La 'consellera' de Justicia, la republicana Ester Capella, reclamó un pacto que evite que sea el Tribunal Supremo el que determine quién es el presidente de la Generalitat, porque considera que «es la ciudadanía quien da y quita confianzas».

Yal tiempo que señaló que que los ciudadanos perciben «que hay una desproporción en la interpretación de la ley», en referencia a que al final, el motivo último de la marcha de Torra habrá sido descolgar tarde una pancarta, apostó por unas elecciones anticipadas.

Le replicó su compañera de Govern, 'consellera' de Presidència y portavoz del Executiu, la puigdemontista Meritxell Budó. Dijo esta que el Govern no quería adelantar escenarios, que es lo que implíctamente supondría pactar una salida consensuada, porque ello sería tanto como «legitimar la represión». Y por tanto, ni el Govern da por hecho que vayan a inhabilitarlo, ni acceden, tan solo, a buscar opciones sobre esa hipótesis.Enfado de la CUP

Las palabras de Budó molestaron sobremanera al tercer actor en liza, la CUP. Los anticapitalistas, vía la diputada Maria Sirvent, acusaron a JxCat de no tener una propuesta con que responder a la posible inhabilitación y exigieron a Budó que rectificara porque la CUP «no normaliza la represión».

Todo esto en la previa del debate de política general de hoy, donde la gestión del «covid-19 y la obra de Govern» coparán el discurso de Torra, según Budó, y, mientras en paralelo, y de manera discreta, los tres partidos siguen negociando esa solución. Si la hallan, alguien habrá dado su brazo a torcer. Porque la divisoria es diáfana: o Torra convoca antes de ser inhabilitado o no.