Actualizar, actualizar, actualizar... La página web del Boletín Oficial de la Región de Murcia está tal cual empezó el día, con sus anuncios y disposiciones de todo tipo de organismos. La vuelta a la fase 1 de Totana y el confinamiento municipal todavía no está, todavía no es oficial. Son las cuatro de la tarde y hay un pueblo pendiente de un anuncio en una página web que pocos sabían que existía.

El calor aprieta y el confinamiento no empezó este jueves en Totana por el virus, sino por los 35 grados que se atragantan en el cuerpo entrada ya la tarde. Una pareja de la Guardia Civil llegada de Águilas se acerca a una vivienda del centro de la localidad. Recuerda a dos de sus vecinos que deben estar en casa guardando cuarentena. José es uno de ellos, estuvo hace dos semanas en el pub Dubai, local donde se originó el brote de coronavirus en el pueblo y que hasta este jueves dejaba 55 personas contagiadas. Dice que no bailó, que se quedó en un rincón tomando algo, pero que allí había más gente de la permitida.

Este jueves se hizo la PCR y está esperando a que le digan si virus sí o virus no. Por el momento, se queda encerrado en casa con su padre. «Mis amigos han dado negativo, todos estamos bien. Es verdad que había mucha gente en el bar. Esto ha sido muy malo».

Los dos agentes de la Guardia Civil no pueden aplicar nada todavía. El BORM no les ha dado instrucciones pero ya están en Totana como refuerzos para el cuartel de la Benemérita en la localidad. El cierre de las vías de acceso al pueblo para el control de la entrada y llegada de vecinos o visitantes se antoja difícil en una localidad que tiene tres accesos a la autovía A-7 y centenares de caminos rurales o carreteras comarcales para llegar a cualquier lugar. Hasta el momento, solo comprueban que todos los posibles contagiados y sus contactos guardan cuarentena en sus viviendas.

En la comisaría de la Policía Local ocurre lo mismo. No hay orden regional, no puede haber indicaciones a la población. Con la mitad de la plantilla de vacaciones, los agentes no saben si tendrán que regresar a sus puestos de trabajo. Preocupaba también en el cuerpo el posible regreso a las franjas horarias con la fase 1, pero finalmente la orden de confinamiento, que salió a las 21.00 horas, no reflejó esta limitación.

Los vecinos ponen el peso de la responsabilidad por la marcha atrás en el proceso de desescalada en los clientes del pub Dubai. «No guardaron cuarentena», «no llevaron mascarilla», «había muchísima gente sin medidas de seguridad»... El segundo retroceso que sufre el municipio por los malos datos epidemiológicos provoca «hartazgo» y «fastidio» en la población. «No fueron responsables».

A pocos metros de la puerta del bar donde se originó el brote aparca Daniel. Su casa está a pocos portales del pub y desconocía, al igual que muchos vecinos preguntados, que Totana retrocede a la fase 1. «El tema del coronavirus nos tiene preocupados pero me acabo de enterar de la noticia», señala este vecino. «Menos mal que han cerrado el local porque estaba lleno de gente». Daniel, al igual que su mujer, es de origen latinoamericano, una población que ha sido puesta en el punto de mira dado que la mayoría de clientes del local de ocio nocturno donde se originó el brote en el pueblo son ecuatorianos o bolivianos. No cree que el resto de vecinos de Totana les señale con el dedo pero reconoce que este incidente puede dejarles en una situación complicada.

En la esquina de enfrente del pub está el bar de Ginés, vecino del municipio que vive en la incertidumbre y sin saber si «mañana (por hoy) tendré que cerrar». No tiene terraza, donde se permitiría un 50% de aforo, pero se ha afanado desde que abrió, tras permitirse el consumo en los interiores de los locales, por mantener las medidas sanitarias y tener su bar, que regenta con su mujer, limpio y desinfectado. «¿Y qué hago ahora?, ¿abro o no abro?, ¿quién nos va a subvencionar por cerrar el bar?», explica. «Me preocupa económicamente, estamos superando una crisis de muchos años y te llega esto otra vez».

En torno a 50 hosteleros se concentraron este jueves por la tarde a las puertas del Ayuntamiento para protestar por la mala imagen que puede acarrear el sector con la vuelta a la fase 1. Protestan, sobre todo, porque los locales que no tengan terraza estarán condenados a cerrar y aquellas que la tengan no saben si les saldrá rentable abrir por las altas temperaturas que se mantienen a lo largo de todo el verano. «No se puede estar con tanto calor en la calle a mediodía».

En el centro municipal para personas mayores Manuela abre la puerta. Está sola en un edificio que hasta el lunes pasado acogía de nuevo, después de meses, a los ancianos del pueblo. Es limpiadora y guardiana de un centro que vuelve a ver sus puertas cerradas. Tiene un hijo viviendo en Madrid y ahora que tenía pensado, con su jubilación, ir a verle, no podrá salir del municipio. «No tengo forma de explicar la rabia que me da esto. Son unos irresponsables. Qué costaba cumplir las normas», se pregunta mientras mira el local vacío.

Aledo y las casas de campo

El confinamiento municipal pone en cuestión el suministro a poblaciones como Aledo, sin tiendas grandes, que hasta ahora bajaban a Totana a por provisiones. La llegada de personas de otras comunidades a sus casas de campo en la localidad tampoco se podrá llevar a cabo, así como las escapadas a la playa de una población que veranea predominantemente en municipios como Mazarrón o Águilas. Entre los vecinos hay algo claro: «Nos toca volver a casa».