Al menos dos de las personas que llegaron este viernes en patera a las costas de la Región de Murcia han dado positivo en coronavirus, indican fuentes cercanas al caso. Ahora serán llevadas al hospital y todos los inmigrantes que iban en la misma barcaza han de guardar cuarentena.

Tal y como confirmaba la Delegación del Gobierno en Murcia, decenas de personas han llegado en patera en las últimas horas a la Región. Así, al sureste de Monte de las Cenizas la Guardia Civil interceptaba de madrugada una embarcación tipo patera con 13 migrantes (12 varones y 1 mujer) a bordo, mayores de edad y al parecer nacionalidad argelina. Asimismo, en Cabo de Palos se intercepta una patera con 16 inmigrantes a bordo, todos varones, mayores de edad y también al parecer argelinos.

Asimismo, a las ocho de la mañana de hoy la Benemérita localizaba a 23 migrantes más, 22 varones y una mujer, en La Azohía-Campillo de Adentro. Apenas diez minutos después, se interceptaba otra embarcación, en esta ocasión al sureste de Cabo de Palos, en la que viajaban 12 adultos.

A las nueve y diez de la mañana, al sur de Cabo Negrete, se localizaba una embarcación con diez varones mayores de edad.

En el puerto de Cartagena, donde los llevan a todos, Cruz Roja, la organización humanitaria que se hace cargo de estos extranjeros cuando tocan suelo murciano, había habilitado en el lugar tres carpas, con bancos y mesas, para repartir a los africanos, que esperaban con mascarillas y envueltos en las mantas que les proporcionó la oenegé.

Lo que está ocurriendo, indican fuentes policiales, es que hay barcazas que no son localizadas en alta mar, sino que alcanzan la costa por su cuenta y, tras hacerlo, los extranjeros bajan de la patera y echan a correr. La embarcación, que ya no les sirve para nada, queda abandonada en la playa. Es lo que hoy ayer mismo en las costas de Cartagena y Águilas.

Migrar en tiempos de virus

El protocolo desde que son detectados en alta mar, bien por Salvamento Marítimo o por el Instituto Armado, se vio alternado por la pandemia de coronavirus.

Fue el SARS-CoV-2 la causa de que países como Marruecos y Argelia (principales lugares receptores de inmigrantes 'sin papeles' deportados desde la Región de Murcia) cerrasen sus fronteras, a la vez que se cerraba también el Centro de Internamiento de Extanjeros (CIE) de Sangonera, que a finales de marzo dejaba libres a decenas de personas, a no poder devolverlas a su tierra natal. Por ley, el periodo máximo de encierro que permite la ley en estos centros son 60 días, al término de los cuales, si no ha habido deportación, la Policía los deja libres.

Ahora, con el CIE de Murcia todavía cerrado (las organizaciones humanitarias piden que se quede así siempre, clausurado de forma definitiva) y con la pandemia mostrando rebrotes, los inmigrantes que siguen llegando al litoral murciano han de quedarse ahí, vigilados, hasta que se movilizan sanitarios a hacerle un PCR.

Vigilados, pero no detenidos. No han cometido delito alguno, salvo la infracción de entrar irregularmente en el país, por lo que, con la ley en la mano, no pueden ser retenidos contra su voluntad.