El rey emérito ordenó en 2011 al gestor de su fortuna en Suiza, Arturo Fasana, que ayudara económicamente a su amiga Marta Gayá para que tuviera "un nivel de vida decente". La mallorquina acabó recibiendo un millón de euros el 18 de noviembre de ese mismo año y, a punto estuvo de recibir otro millón al año siguiente, pero la operación se frustró al haber donado Juan Carlos I los 65 millones de esa cuenta a su otra amiga, Corinna Larsen, con la que ahora mantiene un agrio enfrentamiento con trasfondo judicial.

La entrega a la mallorquina se hizo en un tiempo récord. Según la documentación a la que ha tenido acceso Vozpópuli, Fasana remitió una nota al Banco Mirabaud, el 17 de noviembre de 2011 en la que pedía que se transfirieran fondos de la Fundación Lucum a Marta Gayá, dada su delicada situación económica. "He tenido numerosos encuentros con el cliente de la cuenta mencionada (Juan Carlos I), el cual me ha trasladado su preocupación sobre una amiga suya. Me ha dicho que la conoce desde hace 25 años y que en la actualidad en Suiza. Esta persona tiene pocos recursos financieros y no mucho ingresos debido a su edad (68 años). Él desea asegurarle un nivel de vida decente y ayudarla financieramente", relataba Fasana en la misiva. "Para asegurar su tren de vida en los años venideros, él desea hacerle un regalo de dos millones de euros, de los cuales un millón sería este año. La próxima entrega se hará en 2012", añadía el gestor sobre los deseos del Rey emérito. Y añadía: "Él me pide expresamente guardar gran discreción sobre este asunto". Marta Gayà se personó en el banco al día siguiente, el 18 de noviembre e ingresó la cantidad en una cuenta personal recién creada.

Según la contabilidad a la que ha tenido acceso Vozpópuli, el segundo millón no llegó a manos de Marta Gayà, como se había apuntado en un principio a partir de una carta desvelada por OK Diario en la que el abogado Dante Canónica también daba cuenta a un gestor del banco Mirabaud de las intenciones del Rey, justo un día después de la nota enviada a la entidad por el propio Fasana. Canónica detallaba también que Marta Gayá era contribuyente del fisco suizo y que se encontraba sujeta "de manera ilimitada a los impuestos cantonales, municipales y federales desde el 1 de noviembre de 2007. Es decir, cuando recibió el millón, llevaba cuatro años residiendo a efectos fiscales en el país helvético.

El ingreso de este segundo millón, presuntamente frustrado, obedecería, según Vozpópuli, a que a finales de 2012 los fondos de Lucum ya estaban en manos de Corinna Larsen. La fundación fue disuelta de forma apresurada en julio de 2012 al estallar el escándalo de Botsuana. Unas semanas antes, Juan Carlos I tuvo tiempo de traspasar a Corinna los polémicos 65 millones que rastrea la fiscalía suiza por indicios delictivos que apuntan a una donación obtenida por el Rey emérito como mediador en la adjudicación del AVE en Arabia Saudí. Los intentos del padre de Felipe VI por recuperar el dinero han sido nulos, ya que Corinna Larsen se aferra a que fue una "donación sin retroceso", según figura en el acta de la operación desvelada por El País.