Las negociaciones para las sucesivas prórrogas del estado de alarma suponían para el Gobierno una experiencia cada vez más agónica, pero la tónica se ha roto en la última solicitud que Pedro Sánchez elevará al Congreso para su votación mañana. A diferencia de las ocasiones anteriores, el Ejecutivo encara la semana con los deberes hechos, gracias a los pactos alcanzados con el PNV, para que vuelva a apoyar, y ERC, para que abandone el rechazo y se abstenga. La prórroga ya está asegurada, pero el Gobierno quiere ir más allá, sumando de nuevo a Cs.

El entorno de Sánchez contempla esta posibilidad con optimismo. Fuentes del Ejecutivo señalan que las negociaciones marchan bien, una impresión que ya tenían a mediados de la semana pasada, cuando empezaron a ver los frutos de sus contactos con los nacionalistas vascos y los naranjas.

Un entendimiento que incluya a ERC y a Cs es inusual, las posiciones de ambos partidos son antagónicas, pero en Moncloa creen que esta vez será posible. Fuentes del Gobierno subrayan que su pacto con los republicanos no dice nada de la mesa de negociación sobre el conflicto político de Cataluña, el organismo que el partido de Oriol Junqueras pactó con el PSOE a cambio de su abstención en la investidura de Sánchez. La inclusión de la mesa en el entendimiento con ERC habría imposibilitado el acercamiento a Cs, pero el papel suscrito incide sobre todo en que los presidentes autonómicos recuperarán sus competencias en la fase 3 de la desescalada, algo en lo que los liberales están de acuerdo.

Si el Gobierno logra sumar a la prórroga al partido de Arrimadas, se anotaría un importante tanto. Cs no resulta necesario para extender la alarma, pero si vota a favor, el PP se quedaría solo con Vox (y grupos más pequeños como JxC y la CUP) en el rechazo, un resultado que Sánchez usará para transmitir su tesis de que los conservadores han dejado de ser un "partido de Estado". En todo caso, el Ejecutivo no contempla que los naranjas voten en contra. Como mucho, anticipan en Moncloa, se abstendrán.

"Cs va a decidir el voto pensando en la política útil, en ser un partido de centro y en el interés general, no en lo que votan el resto de grupos", adelanta su portavoz adjunto, Edmundo Bal.