A medida que avanza el calendario, los elementos ajenos a la pandemia que influyen en la negociación de las sucesivas prórrogas del estado de alarma que el Gobierno de Pedro Sánchez demanda van en aumento. Acaso un signo más de nueva normalidad que, en la arena política, se parece sospechosamente a la normalidad de toda la vida. En el camino a la sexta (y última, si hay que hacer caso de la vicepresidenta Carmen Calvo) votación en el Congreso de los Diputados, la destitución de Diego Pérez de los Cobos y los cambios en la cúpula de la Guardia Civil emprendida por el ministro Fernando Grande-Marlaska introduce nuevos elementos que los partidos consideran.

Así, ERC, tras permitir las tres primeras prórrogas y su "no" en la cuarta y la quinta votación, deja un escenario abierto sobre qué hará el próximo miércoles. Las demandas republicanas son conocidas: el retorno de las competencias de Salut (las últimas que siguen en manos del Gobierno central) y un paquete de medidas sociales, como un permiso retribuido a los padres que tengan que acudir a sus centros de trabajo y tienen hijos en casa (y con las escuelas cerradas).

Pero más allá de la estricta necesidad vinculada a la pandemia, son ahora los otros factores los que aportan diferencias en la mirada. ERC considera que con la que está cayendo en Madrid, donde la ultraderecha se moviliza en las calles, el PP está "en el monte" -según describe un cargo republicano- y la Guardia Civil "en armas", dejar solo a Pedro Sánchez, ahora, podría ser peligroso. "Sobre todo cuando la destitución de De los Cobos es, entre otras derivadas, un gesto hacia ERC, por el papel que el mando tuvo en la salvaje represión en las calles de Cataluña durante la celebración del 1-O". "En este contexto, una derrota de Sánchez podría dar alas a la derecha", mantiene esta voz que es de los que no creen que Cataluña, y la resolución del conflicto político, puedan permanecer impermeables al auge ultra.

Según fuentes republicanas, las negociaciones con el Gobierno están abiertas y el propio Sánchez ha tomado las riendas como interlocutor del líder "extramuros" de ERC, Pere Aragonès. Entre otras razones, especula la fuente anterior, "porque sabe que con la polvareda de los últimos días, se ha encarecido, también, el apoyo de Cs al Ejecutivo", Aunque el diálogo con Ciudadanos prosiga.

El anuncio de Calvo de que esta sería la última prórroga tampoco es casual. Una forma de decir que las competencias autonómicas están a, como mucho, 15 días de volver a las manos de las comunidades. ¿Significa eso que la negociación ERC-PSOE va viento en popa? No, en absoluto. La coincidencia entre dos buenos conocedores de los entresijos del diálogo es llamativa. Mientras uno asevera que "Sánchez parece que no desee la prórroga", el otro resume que "estamos donde estábamos". Es decir, Esquerra aprecia que los socialistas no han movido aún un pie en el diálogo estrictamente pandémico.