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Un difícil equilibrio de alianzas

Sánchez consigue prorrogar el estado de alarma a costa de complicar la legislatura

ERC da por muerto el "espíritu de la investidura" después del acuerdo del Gobierno con Ciudadanos para salvar el mando único en la gestión de la crisis sanitaria

Pedro Sánchez, ayer, al inicio del debate en el Congreso. // Efe

El estado de alarma continúa, las alianzas del Gobierno se tambalean. Pedro Sánchez logró ayer sacar adelante en el Congreso una nueva prórroga de 15 días, la quinta, pero por el camino vio cómo su pacto con Ciudadanos multiplicó los recelos de sus aliados tradicionales, que en su amplia mayoría no apoyaron al Ejecutivo para mantener el mando único en la gestión de las crisis sanitaria. Como ya ocurriera en el debate sobre la prórroga anterior, el Ejecutivo se encontró entre dos fuegos, el de la oposición bronca de PP y Vox y el de algunos de sus aliados de investidura, que ahora amenazan con comprometer la legislatura.

Nada más comenzar el debate, justo después de repasar sus decisiones frente a la pandemia del coronavirus, con sus duras medidas de aislamiento social que bajaron los contagios y muertes, el presidente dijo: "Nadie tiene derecho a derrochar lo que hemos conseguido entre todos".

Para Sánchez, no prorrogar al menos otros 15 días el estado de alarma supondría echar por tierra los avances logrados. También acabar con el mando único del Ministerio de Sanidad, algo que reclamaba ERC como condición para abstenerse y no votar en contra. Pero esas mismas medidas tienen profundos efectos políticos: están agrietando la mayoría de izquierdas que permitió la reciente investidura.

De ERC a Compromís, pasando por Más País, Bildu y el BNG, todos los que participaron en la reelección de Sánchez acusaron a la coalición del PSOE y Unidas Podemos de buscar un cambio de cromos, de pasar de la izquierda a la derecha. Todos, salvo el PNV, que volvió a respaldar al Ejecutivo, como ha venido haciendo hasta ahora. Con el apoyo de los nacionalistas vascos y de los naranjas, unido al de Más País, Coalición Canaria y el Partido Regionalista de Cantabria, el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos consiguió sumar 177 votos favorables a alargar el estado de alarma hasta el 7 junio. Enfrente tuvo a los 162 diputados que suman PP, Vox, JxCat, ERC, la CUP, Compromís y Foro Asturias.

En un momento tan complejo como este, con tantas incertidumbres sobrevolando el futuro, no está claro qué efectos tendrá ese malestar de sus socios tradicionales en el futuro de la legislatura. Pero el Gobierno cree que las actuales divergencias hay que situarlas en el contexto de esta crisis. No tienen por qué extenderse al resto de iniciativas que saldrán de la Moncloa. "Todo es coyuntural en este mundo líquido", sostienen fuentes del Ejecutivo. Sánchez, de momento, se ha esforzado en asegurar que no quiere cambiar de socios: "El Gobierno mantiene vigentes los compromisos de legislatura".

"El estado de alarma ha funcionado", insistió Sánchez, agradeciendo a los grupos que apoyaron hasta ahora las prórrogas solicitadas por el Ejecutivo. "Con su voto han salvado miles y miles de vidas de compatriotas", dijo el líder socialista, antes de anticipar otra posible prórroga y pedir perdón por "los errores dictados por la urgencia, la penuria de los recursos, por la excepcionalidad y la ausencia de precedentes".

El acuerdo con Cs ha evidenciado la debilidad del Ejecutivo, que cada vez se enfrenta a más dificultades para sacar adelante las prórrogas. Sánchez quería llevar la alarma hasta el 27 de junio, y así se debatió en el Consejo de Ministros, pero los naranjas le forzaron a reducir el plazo a 15 días, hasta el 7 de junio.

Ataques

El PP, que apoyó las tres primeras prórrogas y se abstuvo en la cuarta, votó ayer en contra. Pablo Casado elevó todavía más su crítica al Ejecutivo. "Viene a pedir una nueva prórroga del estado de alarma (...). Pretende que elijamos entre usted y el caos, pero es imposible, porque usted es el caos. Es incapaz de proteger a los españoles más allá de con esta brutal reclusión". Para el líder popular, Sánchez "ha convertido el estado de alarma en una subasta con los separatistas y proetarras" y "tendrá que pedir rescate a Europa y recortar el Estado del Bienestar", porque "sus previsiones económicas no se las cree nadie".

El líder de Vox, Santiago Abascal, fue todavía más allá que Casado y acusó al Gobierno de ser culpable de "miles de muertes", de estar en manos de separatistas y de destruir la economía aplicando el "matonismo y el chantaje" .

Por su parte, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en un duro discurso, advirtió al Gobierno de que el pacto con Ciudadanos para aprobar la prórroga del estado de alarma pone en riesgo la estabilidad del Ejecutivo. "Hemos fracasado; estamos literalmente llevándonos por delante quizá de forma irremediable el espíritu de la investidura, un espíritu que despertó muchísima ilusión en mucha gente, que era palanca para el progresismo y que también era dique de contención para el fascismo", sentenció el que fuera uno de los aliados para aupar a Sánchez a la presidencia.

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