Las caceroladas y concentraciones continuaron ayer en Madrid, por octavo día consecutivo, contra el Gobierno en distintos puntos de la capital y municipios limítrofes, teniendo su epicentro en la sede del PSOE en la calle Ferraz, donde acudieron centenares de personas para pedir la dimisión del presidente, Pedro Sánchez. La protesta más multitudinaria, de unas 450 personas, según fuentes policiales, se desarrolló frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz.
Los asistentes expresaron su descontento con el Gobierno con una cacerolada y finalizaron con el himno de España y gritos de "Sánchez dimisión".
Ante el chalet de Iglesias
Las protestas también afectaron al vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, donde varios vecinos del municipio madrileño de Galapagar protestaron con una cacerolada frente a su domicilio en la urbanización de La Navata, donde vive junto a su mujer, Irene Montero.