No hay ahora mismo otra prioridad en las agendas de los líderes políticos catalanes que no sea capear el peor temporal sanitario de la historia reciente del país. Y se extiende la idea de que ya nada volverá a ser igual en Cataluña.

Justo antes del estallido de la crisis del coronavirus, Cataluña se encaminaba hacia la recta final de una legislatura marcada por las condenas a prisión de nueve líderes independentistas, una mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno de Pedro Sánchez que empezaba a calentar motores y una inhabilitación del president Quim Torra pendiente de confirmar por el Tribunal Supremo.

Torra se disponía a anunciar la fecha de las elecciones después de que fueran aprobados los presupuestos, unos comicios que, según se intuía, se leerían como el enésimo plebiscito sobre el 'procés'.

Pero ahora, ¿en qué medida cambiará todo eso por la crisis del coronavirus? Hablan para Efe los líderes políticos catalanes.

Agenda política arrasada

En los últimos años, los detractores del independentismo solían denunciar que el 'procés' se había convertido en el "monotema"; hoy, con la curva de fallecimientos en trágico ascenso, no hay espacio en la agenda política para otro tema que no sea la pandemia.

Volcado desde hace dos semanas en la gestión de la crisis, Torra centra ahora "todos sus esfuerzos en combatir la propagación de la COVID-19" y en paliar los "efectos devastadores que tendrá en todos los sentidos: para la salud pública, para la economía y para el bienestar social y emocional de la sociedad".

"Es nuestra máxima preocupación y dedicación. El resto, ya se verá. Lo que es evidente es que cambiarán muchas cosas y, en nuestro caso, reforzará aún más nuestro compromiso con el bienestar de los ciudadanos", afirman fuentes del entorno del presidente catalán.

¿Un cambio de eje político?

Desde el inicio del proceso soberanista, el debate político catalán ha estado dominado por el eje nacional, en torno al derecho a la autodeterminación y la independencia de Cataluña. ¿Va a provocar la crisis del coronavirus un cambio de eje?

Para la portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Lorena Roldán, "Cataluña lleva muchos años sin afrontar desafíos sociales de vital importancia" que ahora se verán "acrecentados" por la crisis, así que "en los próximos meses la prioridad número uno será resolver esta grave situación y para ello serán necesarias opciones políticas sensatas, responsables y útiles para todos los ciudadanos".

El líder de JxCat en la cámara catalana, Albert Batet, cree que no es momento de abordar cuál será el futuro contexto político: "Con 880 muertos en Cataluña, hay que hablar de cómo hacemos frente a las necesidades inmediatas y cómo volvemos a la normalidad".

Según el presidente del grupo de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, "tras esta crisis humanitaria, nada volverá a ser lo mismo, el paradigma debe cambiar" y habrá que "aprender de los errores", ya que de lo contrario "nos estaremos equivocando".

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, avisa de que "hay cuestiones que deberán recuperar el primer plano" político, como "fortalecer el sistema de salud pública tras los recortes que sufrieron desde 2010 de la mano de los gobiernos de Convergència".

La líder de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, señala que "aún es pronto" para saber qué cambiará, aunque, ante la "crisis económica y social de grandes dimensiones" que se avecina, harán falta "gobiernos valientes, que se pongan al lado de la gente".

Desde la CUP, Carles Riera entiende que puede haber un cambio de paradigma, en el que el eje de las políticas sociales y económicas "gane una gran centralidad", junto al eje de los derechos civiles y políticos, del medio ambiente y también de la autodeterminación.

También el presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, intuye un cambio en el foco político: "Es evidente que la economía recuperará su posición en el centro del debate", asegura.

¿Quedará aparcado?

Roldán recuerda que Cs siempre dice que "hay que pasar página del 'procés', una etapa negra", y espera que ahora las demás formaciones "dejen de distraerse con otras cuestiones y centren sus esfuerzos" en prepararse ante "la grave crisis económica mundial que vendrá".

Aunque "el futuro político es difícil de predecir y nadie sabe aún todas las consecuencias" que se derivarán de la pandemia, dice Batet, a su juicio se está poniendo de manifiesto que, "si Cataluña no tuviese el corsé" autonómico y dispusiera de las herramientas de un Estado, podría "gestionar esta crisis" de manera diferente.

Para Sabrià, el virus no debe atenuar el debate soberanista: "Hoy, todo el esfuerzo en resolver la crisis, toda la voluntad de cooperar entre administraciones. Pero tenemos clarísimo que solo podremos ayudar realmente a la sociedad catalana como se merece desde una república independiente, y no renunciaremos a ello nunca".

Iceta reconoce que el debate nacional está "instalado" en la sociedad catalana desde hace años y la crisis del coronavirus "evidentemente no le pone punto y final", aunque desafíos como los que se plantean hoy ponen de relieve la "necesidad permanente de buen gobierno y de cooperación entre administraciones".

La emergencia que vive el país, advierte Albiach, no debe hacer olvidar que sigue existiendo "un problema de encaje de Cataluña con España", si bien también se abre una "oportunidad para construir un nuevo pacto social que recupere el valor esencial de lo público".

Los debates sobre "la autodeterminación y las soberanías", según Carles Riera, continuarán, pero "en un marco mucho más complejo" y junto a un proceso de "recentralización del Estado acompañado de una gran campaña de unitarismo y patriotismo de emergencia".

En cambio, en opinión de Alejandro Fernández, "lo lógico" sería que el 'procés' quedase ahora orillado, aunque advierte que, "a la espera de lo que decida hacer ERC, seguro que JxCat hará movimientos para mantener viva la tensión territorial".

¿Tiene recorrido la mesa de diálogo?

El 26 de febrero, en la Moncloa, los equipos negociadores de la Generalitat y del Gobierno activaron la mesa de diálogo para buscar una solución política al conflicto catalán; pactaron reunirse una vez al mes, pero el encuentro previsto para marzo ya no se va a celebrar: a Sánchez y Torra les han surgido otras urgencias.

A juicio de Roldán, Sánchez ya no debería "volver a sentarse en esa mesa" de negociación, en la que "el separatismo solo persigue privilegios para ellos mismos". "Ahora es momento de actuar con lealtad y responsabilidad", añade la líder de Cs en Cataluña.

Sabrià subraya que la existencia de presos y procesados independentistas es razón suficiente para "retomar la mesa sí o sí". "No renunciaremos en ningún caso a acabar con la represión, ni a votar en referéndum, ni a acordarlo en la mesa de negociación", agrega el jefe de filas de ERC en el Parlament.

Iceta pone en valor una mesa de diálogo que permita "recuperar los acuerdos en Cataluña". Hace "demasiado tiempo", dice, que no son posibles "grandes consensos" de al menos dos tercios del Parlament, como hacen falta por ejemplo "para reformar leyes como el Estatut". Y defiende un pacto para "reforzar el sistema público de salud".

Albiach entiende que ahora "la prioridad absoluta es hacer frente a la emergencia sanitaria", y "costará volver a la normalidad", pero cree que, llegado el momento, "habrá que recuperar la mesa de diálogo lo más pronto posible" para resolver el "problema de fondo".

No piensa lo mismo Riera: "Esta mesa solo tiene sentido en un escenario en el que su objeto sea la autodeterminación, el fin de la represión y el referéndum", remarca el diputado de la CUP, que pide crear las condiciones para forzar al Estado a asumir ese escenario.

Fernández augura que la mesa puede convertirse en moneda de cambio: "ERC creo que exigirá reactivar la mesa como condición para negociar presupuestos con Sánchez", dice el presidente del PPC.