El responsable de la rama valenciana de la trama "Gürtel", Álvaro Pérez, "el Bigotes", culpó ayer al entonces presidente de la Comunitat Valenciana Francisco Camps y al expresidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino de las irregularidades que permitieron al grupo beneficiarse de comisiones ilegales durante la visita del papa Benedicto XVI en 2006. Pérez declaró ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga esos amaños que sin la vinculación con esos cargos las empresas del entramado de Francisco Correa no habrían participado en esos eventos. La "última palabra" la tenía siempre Juan Cotino, exdirector general de la Policía, quien se enfrenta a una petición del fiscal de 11 años de cárcel.

El Bigotes ahondó en la relación que tenía con Camps, como ya había hecho en el juicio por la financiación ilegal del PP valenciano. Nada más confirmarse la visita del pontífice le pidió al entonces presidente de la comunidad que le permitiera participar de alguna forma en los actos. Camps lo remitió hacia Cotino, que "tenía la última palabra en todo", aunque no recuerda haberle regalado el chaquetón de Milano de 375 euros que le atribuye Anticorrupción.

Pérez justificó el Mini regalado al entonces director general de RTVV -Canal 9-, Pedro García Gimeno, alegando que Correa le dijo que se deshiciera de él. El exresponsable del ente público declaró que recibió una llamada telefónica de Camps, en la que le pidió que "no dijese que no a ningún requerimiento que viniese de la organización y que diese todas las facilidades para que las peticiones se llevasen a cabo".

Hoy declararán el propio Cotino y Francisco Correa, quien no iba a hacerlo, pero cambió de idea.