A 24 horas de la primera reunión de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, la Moncloa ha subrayado este martes que no confía en que salgan acuerdos de esta cita, porque las posiciones ahora mismo "se encuentran en las antípodas", pero que el encuentro es, en sí mismo, un síntoma de lo mucho que han cambiado las cosas en la crisis territorial. "Lo importante es sentarnos", ha dicho la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

No habrá orden del día. Durante la reunión, a la que asistirán tanto Pedro Sánchez como Quim Torra, la Generalitat insistirá en el derecho de autodeterminación y la amnistía de los condenados por el referéndum del 1-O. El Ejecutivo central pondrá sobre la mesa lo que denomina la "agenda para el reencuentro", un conjunto de iniciativas para Cataluña sobre asuntos básicamente prácticos, como financiación e infraestructuras.

"El mejor orden del día es la claridad de las posiciones, que son antagónicas. Este Gobierno está en la antítesis de las posiciones independentistas. Pero solo se puede avanzar empezando. Hay que empezar encontrándonos", ha señalado Calvo, para quien Sánchez ha "cambiado el registro por completo" respecto a Mariano Rajoy, a quien ha acusado de actuar frente al desafío independentista con "desidia", "falta de diálogo" y confiándolo todo a la acción de los tribunales, cuando se trata de una crisis política.

"La situación en Cataluña no la hemos generado, la hemos recibido. Lo que estamos generando nosotros es la solución", ha continuado la vicepresidenta tras el Consejo de Ministros.

Evitar la polémica

El Gobierno intenta evitar la polémica con la Generalitat a toda costa, a las puertas de la tramitación de unos Presupuestos Generales del Estado que necesitan, para salir adelante, que ERC no vote en contra. Si Sánchez logra sacar adelante esta iniciativa, la legislatura podrá extenderse durante al menos dos años, puede que tres.

Así que Calvo no ha querido entrar en los miembros designados por la Generalitat para la mesa de diálogo. Mientras los integrantes por parte del Ejecutivo son todos altos cargos gubernamentales, como Sánchez, la propia Calvo, Pablo Iglesias, Salvador Illa, María Jesús Montero, José Luis Ábalos y Manuel Castells, la delegación catalana resulta más heterogénea. Allí estarán el 'president', Quim Torra; el 'vicepresident', Pere Aragonès, y los 'consellers' Alfred Bosch y Jordi Puigneró. Pero también dirigentes de ERC y JxCat sin responsabilidad en el Govern, como Marta Vilalta, Josep Maria Jové, Josep Rius y Elsa Artadi.

El enfoque casa mal con la insistencia por parte de los partidos independentistas de que esta mesa, pactada entre el PSOE y ERC a cambio de la abstención de los republicanos en la investidura de Sánchez, debía ser entre gobiernos, no entre partidos, como defendieron en un primer momento los socialistas. Pero la vicepresidenta ha preferido obviar este hecho, pese al malestar que suscitó en la Moncloa el día anterior. Para Calvo, el asunto es "secundario". Lo relevante es la reunión en sí misma. "Nos sentamos dos gobiernos. Ellos han decidido su delegación. Para el Gobierno, lo importante es lo importante. Sentarnos", ha dicho la vicepresidenta.

"Hay que encontrar un acuerdo, y para eso hace falta que nos escuchemos, sobre todo en lo que podemos coincidir. Todos sabemos en qué no coincidimos -ha explicado la número dos del Gobierno-. Hay que reencontrarse con una ciudadanía catalana frustrada por una situación a la que no ve más salida que la convivencia. Hemos de poner la energía política en lo que es útil, así que por nosotros el mejor orden del día es sentarnos, escucharnos y buscar posiciones que nos pueden unir".