Ocho ministros del Gobierno han formalizado la renuncia su escaño en el Congreso siguiendo las directrices marcadas por la dirección del PSOE. La medida tiene como objetivo evitar que, dada la exigua mayoría de los socialistas y sus aliados, la agenda de los miembros del Ejecutivo impida que vayan a votar al Congreso cuando sea necesario. La decisión del partido provocó cierto malestar en algunos de los afectados.
El PSOE decidió que, además del presidente Sánchez, sólo debían conservar el escaño la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la titular de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos. En el caso de Unidas Podemos, en cambio, el criterio es que todos, hasta los secretarios de Estado, compaginen el Gobierno y el Congreso. Al resto de los ministros del PSOE, la dirección del partido les instó a hacer efectiva su renuncia al acta de diputado cuanto antes para que puedan ser sustituidos en las votaciones previstas en la sesión plenaria de la semana próxima en el Congreso de los Diputados.
Los ocho miembros del Ejecutivo que han dejado el escaño son la vicepresidenta de Transición Energética, Teresa Ribera, así como los ministros Juan Carlos Campo (Justicia), Margarita Robles (Defensa), Fernando Grande-Marlaska (Interior), Isabel Celaá (Educación), Luis Planas (Agricultura), Reyes Maroto (Industria) y Pedro Duque (Ciencia). Con esta decisión el PSOE se quiere asegurar que la práctica totalidad de sus diputados tengan disponibilidad para estar en las votaciones.