El comisario de los Mossos d'Esquadra Ferran López ha lamentado la situación de "desamparo" en la que se encontró el Cuerpo los días previos y siguientes al 1-O por encontrarse en un "escenario impensable", que era estar "bajo la tutela gubernativa" de quienes estaban incumpliendo la ley.

"Era extraño estar bajo las órdenes de un gobierno que se situó esos días fuera de la ley", "era un poco triste nuestra situación", ha reiterado e+l que fuera segundo del mayor Josep Lluis Trapero, en cuyo juicio por rebelión comparece este miércoles como testigo López.

A lo largo del interrogatorio del fiscal Pedro Rubira, Ferran López -que ya testificó en el juicio del 'procés' en el Supremo- ha asegurado que los Mossos hicieron siempre lo que creían que tenían que hacer "y con la conciencia de estar cumpliendo la ley".

Pero la policía autonómica, ha lamentado López, estaba bajo las órdenes de un consejero de Interior que se situó esos días en el lado que defendía el referéndum. Jornadas en las que la cúpula de los Mossos tenía que tomar decisiones sin dirección gubernativa alguna, ha relatado.

"Imagínense a la cúpula de los Mossos reunida, viendo en la televisión las declaraciones de los miembros del Govern. Imagínense los silencios espesos viendo las ruedas de prensa de nuestro president y las decisiones que iba tomando" para tomar ellos las suyas. Nadie nos explicaba nunca qué significaba una cosa u otra", ha continuado.

Ha recordado que en una primera reunión de la cúpula del cuerpo con el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el conseller de Interior, Joaquim Forn, los mandos de los Mossos les hicieron una llamada de "alerta" de lo que podía pasar el 1-O y se les aseguró que los agentes cumplirían la ley.

No recibieron respuesta y la cúpula policial entendió que "el silencio no era buena respuesta". Por ello, pidieron una nueva reunión y que en esta ocasión asistiera la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, porque Trapero entendía que debían estar presentes las personas que, como ella, tenían que hacer cumplir la ley.

Y ya en esa reunión, la cúpula les reprochó algunas manifestaciones públicas que ponían en entredicho a los Mossos y que eran "injustas" porque, además, no reflejaban la postura real del cuerpo, como sabía el propio conseller de Interior, ha explicado el testigo.

"Les dijimos que no estábamos con el referéndum y que estábamos al cumplimiento del auto de la magistrada" que ordenaba impedir la consulta ilegal. También les trasladaron que los cuatro mandos habían sido apercibidos por el Tribunal Constitucional. "Fue muy triste ese día", ha reconocido López.

"Habrá gente que lo recibió (el apercibimiento) como recibe propaganda electoral, pero para nosotros fue importante y triste", ha apostillado. López ha insistido en que la cúpula dibujó a los miembros el Govern un escenario del 1-O preocupante por lo que se "venía encima" dada la "alta emotividad", movilización y resistencia pasiva que se preveía. No obstante, según ha dicho el comisario, ningún informe reflejaba la posible existencia de grupos organizados violentos que actuaran el día de la consulta.

Todo ello se expuso a Puigdemont, que, sin embargo, les respondió que el Govern tenía un mandato del Parlament que tenía que cumplir. Cuando Trapero dijo que esperaba que no se tuviera que lamentar ninguna desgracia, Puigdemont le replicó que, si ocurría alguna, él declararía la independencia, ha relatado el testigo.

Ferran López trasladó todo el contenido de la reunión al coordinador del dispositivo policial del 1-O, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.

Plan no escrito para detener a Puigdemont

Por otra parte, López ha reconocido que había un plan "no escrito" por si recibían la orden de detener a Puigdemont y que solo lo conocían "un reducido grupo" de mandos, y ha recordado que el mayor Josep Lluis Trapero se puso a disposición de la Fiscalía y el juez para cualquier cosa que pidieran.

López ha corroborado la principal estrategia de defensa planteada por el mayor, con el fin de demostrar la falta de connivencia de su cuerpo con las decisiones del Govern que encabezaba Puigdemont. Según ha expuesto, en los días previos y siguientes al 1-O los Mossos desconocían la hoja de ruta para la independencia diseñada por el Govern y por tanto seguían los acontecimientos como "espectadores de televisión".

Ante lo que estaba ocurriendo, ha proseguido, Trapero consideró que deberían tener preparado "un plan para detener a Puigdemont si declaraba la DUI (declaración unilateral de independencia)". Durante los días 25, 26 y 27 de octubre, día en el que se proclamó la DUI, ha explicado, "en nuestro pensamiento estaba que en cualquier momento nos podía llegar la orden de detenerlo y había que estar preparado".

"Visto como estaba el escenario político, era evidente (...) que podía llegar en cualquier momento la petición de detención de un responsable político", ha señalado. Al ser preguntado si se había hecho entrega a alguien de ese plan, el testigo ha aclarado que "por escrito no se hizo nada" y ha indicado que, "por tema de confidencialidad, lo conocíamos un número reducido de mandos".