"Yo me equivoqué cuando defendí que este país tenía que tener un Gobierno, aunque fuera muy de derechas como el suyo, y acertó Pedro Sánchez". Susana Díaz se arrepentía ayer en estos términos en un cara a cara con el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, de haber encabezado al sector de su partido que en 2016 abrió paso a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno a costa de la fractura interna y que provocó la caída de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.

El arrepentimiento que ayer hizo público Díaz responde a la presión creciente, desde el núcleo que encabeza Sánchez, para que en el próximo congreso de los socialistas andaluces haya una alternativa a quien desde 2013 está al frente del partido. La pérdida del Gobierno andaluz, por el acuerdo de PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox, dejó en una posición muy comprometida el liderazgo, hasta entonces incontestable, de Díaz en Andalucía. La prueba de ello son las defecciones de algunos de sus apoyos en los preliminares de la batalla por la dirección de la poderosa federación andaluza. Esa pérdida de apoyos sería el anticipo de que podría perder el que fue su trampolín para el fallido salto a la política nacional.

Díaz encontró ayer una oportunidad para contrarrestar esos movimientos adversos en el seno de su partido durante el debate sobre política general en el Parlamento andaluz. La expresidenta reconoce ahora que "me equivoqué y acertó Pedro Sánchez". La decisión del PSOE de abstenerse para que Rajoy saliera investido y evitar unas terceras elecciones fue "por generosidad, pensando en que cuando tocara a la inversa el PP pondría por delante los intereses del país". Sin embargo, el bloqueo político que marcó la segunda mitad del año pasado constituye una prueba de que los populares "nos hubieran llevado a más elecciones con tal de conseguir sumar con la ultraderecha, porque España le preocupa más bien poco", reprochaba Díaz a Juan Manuel Moreno.

Hasta en dos ocasiones repitió Díaz que se equivocó, ya que en la primera fue interrumpida por los murmullos en el salón de plenos, lo que llevó a la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, a parar el tiempo de intervención.

En la réplica, el presidente de la Junta criticó la "sumisión" de Susana Díaz y le reprochó que haya tenido que "evolucionar rápidamente al sanchismo".

Díaz lamentó que el presidente andaluz intente "insultar a Sánchez, a su gobierno o a mí", y le pidió que hable de Andalucía, de "los padres que se preocupan porque la ultraderecha quiera meter sus sucias mano en las aulas de Andalucía", entre otros problemas. "Quiere crispar, enfrentar, tapar con la confrontación con Gobierno central la insolvencia e inhumanidad de su Ejecutivo", apostilló.

Susana Díaz afeó a Moreno que "dedica muchos minutos a hablar de Torra o de ERC mientras habla de un pacto contra la violencia machista sabiendo que el socio que le mantiene en el sillón del gobierno ha dicho con claridad que quiere derogar la ley de violencia de género".