Pedro Sánchez terminó el rompecabezas que garantiza su investidura en segunda votación por mayoría simple: 167 votos a favor frente a 164 en contra. Tras colocar la pieza más compleja, la abstención de ERC, logró encajar ayer el sí de Teruel Existe y del BNG. Pero el compromiso con los republicanos para la creación de una mesa de negociación entre gobiernos que se activará 15 días después de la formación del Gobierno y cuyas conclusiones serán sometidas a votación, provocó la negativa del Partido Regionalista Cántabro (PRC) a investir al líder del PSOE.

Esta decisión, a su vez, abrió una afrenta que hace temblar el gobierno cántabro y el PSOE advirtió al PRC de que si no rectifica, "habrá roto el pacto de gobierno" en esta comunidad autónoma.

A los 120 diputados socialistas y los 35 de Unidas Podemos, se le sumarán los 6 peneuvistas, los dos de Más País, uno de Compromís, otro de Teruel Existe, uno de Nueva Canarias y otro del BNG. A todos ellos se sumaría la abstención de los 13 de ERC y los cinco de EH Bildu. La militancia de la coalición aberzale refrendó ayer con un 81,4% la decisión de su Mesa Política .

Algunos de estos partidos firmaron por escrito su decálogo de condiciones y concesiones. El PNV fue el primero en hacerlo después de lograr que el PSOE se comprometiera a traspasar las competencias estatutarias pendientes a Euskadi y el compromiso de que en seis meses Navarra tenga las competencias de tráfico.

Íñigo Errejón se conformó con el acuerdo fraguado entre el PSOE y Unidas Podemos pero su socio, Compromís, exprimió la negociación y arrancó el compromiso de abordar la reforma del sistema de financiación en un máximo de ocho meses, que el Estado cumpla con la financiación del 50% para dependencia y con una clausula de inversiones.

Teruel Existe logró que aumente la dotación de guardias civiles y se paralice el cierre de las taquillas de Renfe en las estaciones poco transitadas.

Por su lado, Nueva Canarias hizo que se respete el régimen especial fiscal de la comunidad.