La debacle electoral de Ciudadanos (Cs) se lleva por delante a una de las dos diputadas que había conseguido en los anteriores comicios por Galicia. Beatriz Pino tendrá que hacer de nuevo las maletas para regresar de su corto viaje al Congreso por perder un acta al reducir en un 66% los apoyos en la provincia, similar porcentaje de retroceso al registrado en su ciudad natal, Vigo.

Aupada por la dirección naranja a la dirección de la Ejecutiva nacional por efecto de esa renovación que el líder Rivera emprendió como freno a la desbandada de miembros destacados, los resultados de ayer fueron demasiado malos para que Pino pudiera amortiguarlos. En consecuencia, la lista de Cs que encabezaba la viguesa en la provincia de Pontevedra retrocedió la friolera de 43.000 votos quedándose con tan solo 20.400.

La caída no fue menos suave en su ciudad. La formación pasó de 21.000 votos que tanto le había ayudado en abril, junto con las provinciales, para estrenarse en el Congreso como diputada, a los 7.600 escasos a los que equivale el citado desplome del 66%. "Evidentemente han sido unos malos resultados, y hay que decirlo sin excusas", confesa ayer poco después que la comparecencia de Rivera en Madrid.

Un resultado que ni mucho menos se ajusta al que esperaba Pino hora antes, cuando por la mañana votaba en una de las urnas instaladas en la Casa das Artes de Vigo. Aferrándose a ese "casi 25 %" de los españoles que el día anterior se declaraban indecisos consideraba que había "partido, hay mucho en juego", proclamaba. Pero no fue así, por lo que al final de la jornada insistía en agradecer el apoyo de esos casi 63.000 gallegos "que han querido apostar por un gobierno diferente". Dicho esto avanzó que "a partir de ahora toca arremangares y seguir trabajando para la remontada".