"Hace unos meses, la extrema derecha no tenía representación en el Parlamento, y ahora tenemos una de las extremas derechas más fuertes de Europa. Lo que después de las elecciones de abril era una oportunidad histórica, que era conformar un gobierno de coalición progresista, después del 10N es una necesidad histórica". Con estas palabras reclamó anoche Pablo Iglesias al PSOE un pacto de coalición que permita a las fuerzas de izquierda formar un gobierno que tenga "estabilidad parlamentaria suficiente" y que recoja "la pluralidad" de los partidos progresistas, cuya base deben ser "los artículos sociales de la Constitución". "Es la única manera para frenar el auge de la extrema derecha en nuestro país", sostiene Iglesias.

El líder de la coalición Unidas Podemos (que incluye a Podemos, Equo e Izquierda Unida) no ocultaba su preocupación ante unos resultados electorales que constatan no solo el ascenso de Vox, también el declive de la opción política que encabeza, que perdió más de medio millón de votos y siete escaños respecto a las elecciones de abril, pasando de 42 a 35 diputados. Un descenso considerable, aunque menor del que apuntaban algunos sondeos, que sobreestimaron la fuga de votos hacia Más País, la opción liderada por Íñigo Errejón.

Esta caída, aunque importante, es mucho menos lesiva para Unidas Podemos que la registrada entre las elecciones de 2016 y las del pasado abril. Tres años atrás, Podemos cosechó más de cinco millones de votos, con un 21,1%, y logró 71 diputados. En estos tres años, sus efectivos en el Congreso se han reducido a menos de la mitad, y ha perdido el 40% de sus votos y más de ocho puntos porcentuales respecto al conjunto del electorado.

Pese a este declive continuado, Alberto Garzón, coordinador federal de IU y cabeza de lista de la coalición por Málaga, aseguraba ayer, en la misma comparecencia que Pablo Iglesias, que los resultados eran moderadamente positivos. "Creo que se puede estar satisfecho por haber resistido en unas condiciones hostiles", aseguró Garzón, que reservó sus mayores críticas a Más País, a la que achacó la pérdida de varios diputados: "En Málaga hemos perdido el segundo escaño en favor de Vox. Sin la división de la izquierda con candidaturas como la de Más País es muy probable que esto no se hubiera producido, no solo en Málaga, sino tampoco en Cádiz, Alicante y otras muchas más provincias. Se reafirma, por lo tanto, que la fragmentación de la izquierda es una muy mala idea".

"Conozco a Íñigo Errejón. Sé que hoy es el día más difícil de su vida y le mando un abrazo solidario", apostilló Pablo Iglesias sobre la tímida entrada de Más País en el Congreso (su más de medio millón de votos apenas se tradujo en tres diputados). Pero el líder de Unidas Podemos eludió las críticas hacia el que fuera su mano derecha durante los primeros tiempos del partido e insistió en centrar su primera intervención tras las elecciones en alertar de las consecuencias del auge de Vox e insistir en la necesidad de formar un gobierno de coalición: "Para lo que han servido estas elecciones es para que la derecha se refuerce y para que tengamos una extrema derecha de las más poderosas de Europa. Creo que no miento si digo que se duerme peor con más de cincuenta diputados de la extrema derecha que con ministras y ministros de Unidas Podemos en el gobierno", afirmó Iglesias.