Ciudadanos consiguió ayer 121.000 apoyos menos en Galicia respecto de los resultados de hace siete meses. Esta bajada, de siete puntos en el porcentaje de apoyos, se ha llevado por delante la representación del partido naranja en el Congreso por las provincias atlánticas, que había conseguido en el mes de abril, al sentar en el congreso a Beatriz Pino (Pontevedra) y a la escritora Marta Rivera de la Cruz (A Coruña), si bien esta última abandonó el Parlamento para ser consejera en la Comunidad de Madrid. Fue relevada como cabeza de cartel en la provincia coruñesa por María Vilas.

De ser la cuarta fuerza más votada en la comunidad gallega en 2016 (sin representación) y en abril de 2019 (dos diputadas), Ciudadanos en Galicia desciende hasta el sexto puesto, por detrás de Vox -que casi dobla los apoyos de los naranjas, a pesar de no obtener representación-, de BNG y de la candidatura de Galicia en Común-Unidas Podemos.

Al cierre del escrutinio, la formación de Albert Rivera contabilizó 63.145 escaños al recibir el 4,32% de los sufragios del electorado gallego.

El batacazo de Ciudadanos a nivel estatal se trasladó a Galicia, donde su aspiración a entrar en el Parlamento gallego en las elecciones autonómicas del año próximo, hito nunca logrado por los naranjas, torna un desafío quimérico.

El secretario de Organización de Ciudadanos en Galicia, Laureano Bermejo, reconoció sus "malos resultados sin paliativos" tras quedarse sin representación por Galicia, aunque aseguró que su partido "es muy joven y tiene mucha proyección de futuro". "Vamos a seguir trabajando muy duro para que los 63.000 gallegos que han confiado en nosotros tengan la representación que se merecen", añadió.