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ELECCIONES GENERALES 10-N

Arranca la campaña: Galicia decide su nuevo mapa político

El 10-N testará si el PSOE logra mantenerse como fuerza más votada, puesto que obtuvo por vez primera en abril - El PP busca recuperarse y la izquierda rupturista se divide

El arranque de campaña // V. E. / G. S. / V. E. / N. P / X. A.

Las cuartas elecciones generales en cuatro años suponen un nuevo examen para un mapa político que se juega un reparto de fuerzas que los partidos aspiran a que se mantenga a medio plazo y se supere, así, el bloqueo político actual. Galicia ya experimentó desde 2012 la eclosión de un nuevo sistema de representación con muchos más actores de los que participaban en el ecosistema posterior a la Transición, si bien la mayoría absoluta del PP esquivó la parálisis administrativa derivada de la ausencia de mayorías claras en las Cortes desde 2015.

El 10-N, cuya campaña arrancó la pasada medianoche, constituye, además, la última cita electoral antes de las autonómicas del año próximo, en caso de que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no adelante los comicios y de que no se repita una legislatura fallida.

El PSdeG, en "pole position"

Tras batallar como outsider del PSdeG, Gonzalo Caballero alcanzó el liderazgo del partido hace poco más de dos años, subido a la ola de cambio interno que abanderaba Pedro Sánchez. Este último encara el 10-N como presidente del Gobierno en funciones y el primero dirige a su formación en esta campaña en una inédita "pole position", pues en abril obtuvo su mejor resultado de la historia, superando a los populares como primera fuerza en unas generales: 10 escaños frente a 9.

Históricamente, el resultado del PSdeG en unas generales está ligado al del PSOE. La ola de Zapatero en 2004 impulsó a Emilio Pérez Touriño para liderar el bipartito con el BNG en 2005 y tumbar al fraguismo. En 2008 Zapatero ganó de nuevo, pero su vertiginoso desgaste por la gestión de la crisis económica mundial fue uno de los elementos que contribuyó a frenar el crecimiento del PSdeG en las urnas y a la caída del bipartito un año después. En 2011 el zapaterismo fue enterrado.

Caballero sabe que su futuro está ligado al resultado de Sánchez y abrió ayer la campaña en A Coruña acompañado por la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, y la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey, representante de la recuperación de poder urbano socialista. Pidió concentrar el voto progresista en el PSOE para "frenar el avance de la ultraderecha" de Vox y su llegada al Gobierno. "Tenemos que decir alto y claro que los gallegos no queremos ver a [Pablo] Casado y a [Santiago] Abascal en el Consejo de Ministros", proclamó.

La prueba de Feijóo

El presidente de la Xunta y del PP gallego afronta el 10-N como un test de su estado de fuerzas tras una década de éxitos electorales. Se juega retirar el borrón que supuso el 28-A, en el que por primera vez su partido no fue el más votado en Galicia. Limpiar su hoja de servicios contribuirá también a atraer de nuevos los focos como posible referente estatal del PP si Pablo Casado sufre otro varapalo.

El PPdeG solo sumó un escaño menos que el PSOE en abril y ha puesto la carne en el asador, denunciando aldraxes del Gobierno de Pedro Sánchez a Galicia desde la tribuna de la Xunta.

Feijóo abrió ayer la campaña en Pontevedra, aunque cerró la noche en Vigo, donde equiparó el voto a su partido como garantía de recuperación de la "estabilidad política" y puso a su Ejecutivo como ejemplo de lo que harían desde Moncloa. "¡Cuánto mejor le iría a Cataluña y a España con un Gobierno como el de Galicia!", aseguró.

Unidas Podemos, más sola que nunca

Las guerras internas en la izquierda rupturista han eliminado sus opciones de ejercer un papel protagonista en el tablero político como el que alcanzó en las generales de 2015, cuando la coalición En Marea superó al PSOE y con seis escaños se convirtió en segunda fuerza en Galicia. Ahora, Podemos y Esquerda Unida compiten solas, como el 28-A, con su socio Anova de nuevo en casa y En Marea también sin concurrir a los comicios. Hace siete meses lograron un escaño por Pontevedra y otro por A Coruña. Mantener ese resultado sería un éxito para ellos.

"Galicia en Común es el único voto que garantiza un Gobierno de izquierdas en el que Galicia esté presente", expusieron Yolanda Díaz y Antón Gómez-Reino en la apertura de campaña en A Coruña.

Ciudadanos, contra las encuestas

Contra pronóstico, el partido de Albert Rivera obtuvo en abril un acta por Pontevedra y otra por A Coruña. Ahora afronta la cita electoral con todas las encuestas en contra pronosticando un varapalo estatal.

Mantener el resultado y afianzar así su presencia en una comunidad en la que los naranjas no logran asentarse es su reto, que afronta con Beatriz Pino en la lista de Pontevedra de nuevo y María Vilas en la de A Coruña, tras abandonar el Congreso Marta Rivera de la Cruz para ser consejera en la Comunidad de Madrid. "Cs es la única alternativa viable", proclamó Pino ayer.

El BNG confía en remontar

El Bloque se aferra al discurso optimista de remontada tras doblar sus votos de 45.000 en 2016 a 93.000 en abril, pese a estar lejos de regresar al Congreso, del que salió hace cuatro años tras dos décadas ininterrumpidas con hasta tres diputados. Tras el paso atrás de Anova, con presencia en las Cortes dentro de En Marea hasta abril, el nacionalismo gallego estará fuera del centro de debate político ante un momento clave desde el punto de vista del modelo de Estado por el conflicto catalán si el Bloque no logra un acta.

La líder del BNG, Ana Pontón, pidió en A Coruña el voto para la única fuerza, dijo, que representa la "voz de Galicia" y para "acabar con el ninguneo de las fuerzas estatales".

Bescansa y el errejonismo

La cofundadora de Podemos se une a Más País, el proyecto estatal que el exmano derecha de los morados Íñigo Errejón ha exportado desde Madrid para competir son sus antiguos compañeros. Su intención es "desbloquear" la gobernabilidad en España. Bescansa vuelve a primera línea, tras perder las primarias por dirigir Podemos Galicia hace un año, como candidata por A Coruña. Más País solo se presenta por esta provincia y Pontevedra y no ha revelado un programa electoral para la comunidad.

La última batalla electoral antes de las autonómicas

El 10-N constituye el último test electoral antes de las elecciones gallegas que deberían celebrarse entre septiembre y octubre del año que viene, aunque la volatilidad política actual recomienda cautela sobre ese horizonte temporal, pues el resultado podría hacer que Feijóo adelantase la cita e incluso no resulta descartable una repetición de las generales si se mantiene la incapacidad de sellar una mayoría en las Cortes.

En Galicia, el PP se juega recuperar la primera posición electoral, aunque Feijóo siempre cuenta con la carta de desvincularse del resultado de Pablo Casado. La incógnita sobre el futuro del presidente de la Xunta desde 2009 marcará la política gallega. El presidencialismo del de Os Peares lo convierte en principal activo del PP y evidencia el vacío que dejaría su renuncia, además de la apertura de una pugna por heredar el timón del partido.

El 10-N también mostrará qué clase de alternativa existe al PP y si este podría tener la muleta de Cs, lejísimos del Parlamento gallego en 2016. En Marea estalló hace unos meses y perdió el liderazgo de la oposición. En las generales, Unidas Podemos compite en solitario mientras Anova y En Marea renuncian y debuta el errejonismo.

Una victoria de Sánchez activará al PSdeG para lanzar de inmediato su mensaje en clave presidencial con Caballero como ariete.

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