El Valle de los Caídos reabrió ayer al público, a las diez de la mañana, tras la exhumación el pasado de los restos mortales del general Franco, y lo hizo sin la tumba del dictador, que ha sido cubierta por piezas de mármol negro tras precintar la fosa, pero volviendo a ofrecer misa diaria. La basílica estaba cerrada desde el 11 de octubre, un día después de que el Supremo levantara la suspensión cautelar sobre la exhumación de Franco decretada por el Gobierno. La primera misa estuvo precedida por un "acto de desagravio" dirigido por el prior, Santiago Cantera, y orientado a reparar simbólicamente "un uso de la basílica ajeno a su fin religioso.