Los tres días de intensas violencias independentistas en Barcelona y otras ciudades catalanas parecían dar paso ayer a una jornada mucho más tranquila. Fue entrada ya la noche, cuando la temperatura subió enteros por los enfrentamientos abiertos entre grupos de ultraderechistas y de CDR (extremistas independentistas), que propiciaron cargas de los Mossos. A partir de las diez de la noche los contenedores comenzaron a arder mientras se generalizaban las trifulcas, destacando en torno a las once un salvaje apaleamiento de un joven por un grupo de neonazis que pronto se hizo viral en las redes.

Antes se habían registrado dos cargas de los Mossos contra un grupo de unos 300 ultraderechistas a los que, mediante cordones policiales, se mantenía separados de una concentración de Arran y otros grupos antifascistas. Las dos manifestaciones se encontraron hacia las siete de la tarde en la plaza de Sarrià, donde los ultraderechistas lanzaron cohetes, botellas y otros objetos contra los agentes, intentando alcanzar a la otra concentración. Fue entonces cuando llegaron las dos cargas policiales.

Los CDR,convocaron en los jardines de Gracia una "Olimpiada republicana", que desde las siete de la tarde concentró a unas 13.000 personas, en un ambiente festivo, pero a partir de las diez de la noche se dirigieron los grupos de ultraderechistas, desencadenándose la batalla campal.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, informó de que desde el lunes se han practicado 97 detenciones y 194 agentes de los Mossos y de la Policía han resultado heridos. Seis de los arrestados han sido enviados a la cárcel por el juez. Al menos 46 de los detenidos lo fueron en la noche del miércoles, en la que las protestas alcanzaron su mayor nivel de violencia, con quemas de coches y lanzamientos de cohetes contra un helicóptero, además de ataques a los Mossos con botellas de ácido y cócteles incendiarios. Más de 400 contenedores de basura fueron incendiados esa noche y los daños, solo en Barcelona, superan el millón de euros.