Cataluña amaneció ayer envuelta en la triple resaca de la sentencia del "procés", los disturbios, y las críticas a la actuación de los Mossos d'Esquadra, en particular en el aeropuerto del Prat. En el aeródromo, según explicó ayer el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se llegaron a juntar unas 10.000 personas para bloquear las instalaciones.

El responsable de Interior anunció que su departamento investiga quién impulsa Tsunami Democrátic, el ente promotor de las protestas más señaladas, entre ellas la del aeropuerto barcelonés. "Tenemos unos servicios de Inteligencia eficaces y terminaremos sabiendo quien está detrás de estos movimientos del Tsunami Democrátic", sostuvo Grande-Marlaska.

El ministro defendió la "proporcionalidad" de la respuesta policial -encabezada por los Mossos- ante los disturbios en el Prat y en puntos como la céntrica comisaría de Vía Layetana, sede de la Jefatura de la Policía. "Queda manifiesta la proporcionalidad solamente con ver el lanzamiento de vallas o extintores, cuestiones que trascendían una manifestación pacífica", defendió, recalcando que hubo agentes heridos y que las imágenes "dicen todo" sobre cómo fue la actuación policial.

Según datos facilitados ayer a primera hora, las protestas del lunes se saldaron con 131 personas heridas, la mayoría en el aeropuerto, de las que 27 tuvieron que ser atendidas en centros hospitalarios. Dos de ellas se encuentran en estado grave, un hombre que ha perdido un ojo por el impacto de un proyectil policial, y otro que sufrió un traumatismo testicular.

La violencia policial gravitó ayer como espada de Damocles sobre el Govern de la Generalitat. Su consejera de la Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, aseguró "comprender" y "compartir" las movilizaciones, a la vez que justificó las cargas "puntuales" de los Mossos a las que atribuyó el fin de "proteger a los propios manifestantes". El presidente de la Generalitat, admitió las "contradicciones" inherentes a haber llamado a protestar por la sentencia y, a la vez, enviar a los Mossos para reprimirlas.

Budó concedió la posibilidad de excesos policiales al anunciar que "si hubo alguna acción puntual y concreta, en la que la Policía no actuó como había que actuar, también desde Interior se está estudiando y, si hace falta, se tomarán medidas".

Tras conocer estas declaraciones, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, pidió "explicaciones" por las cargas policiales. "Supongo que a este señor también se le pegó por su bien. No hay patria ni bandera que valga tapar esto", escribió en un tuit que acompaña a un vídeo en el que se ve cómo un agente golpea a un hombre sentado en el suelo. ERC, JxC y EH Bildu han pedido que Grande-Marlaska comparezca en el Congreso para rendir cuentas por la violencia policial.