La segunda jornada de protestas contra la sentencia del "procés" transcurrió ayer con relativa calma en la mayor parte de Cataluña hasta la caída de la tarde. A partir de ahí, la tensión comenzó a subir y se generalizaron los enfrentamientos entre grupos violentos y efectivos de los Mossos d'Esquadra, tanto en Barcelona como en las otras tres capitales catalanas.

Después de las cargas policiales del lunes durante la movilización independentista que colapsó los accesos al aeropuerto de El Prat, los incidentes se reprodujeron ayer ante las sedes de las delegaciones del Gobierno en las cuatro capitales de provincia catalanas, especialmente en Barcelona.

Si en la jornada del lunes las movilizaciones se concentraron en el aeropuerto del Prat y en la comisaría de la Vía Layetana, y fueron promovidas principalmente por la plataforma Tsunami Democràtic, ayer fueron los Comandos de Defensa de la República (CDR) los que lideraron las protestas en la calle, con la consigna de "romper la normalidad".

El epicentro de todas las violencias fue la Delegación del Gobierno en Barcelona, donde, según la Guardia Urbana, se llegaron a concentrar unas 40.000 personas, una aglomeración sin precedentes en la actual oleada de protestas. Dos manifestaciones confluyeron en los alrededores del edificio, una convocada por los CDR y la otra por las entidades ANC y Ómnium.

Al principio del acto de Barcelona, los concentrados hicieron una sentada, guardaron un minuto de silencio y encendieron velas, tras lo que se dio paso a la lectura de fragmentos de cartas o de intervenciones ante el Tribunal Supremo de los condenados a entre 9 y 13 años de cárcel por impulsar la ruptura unilateral con España. También hubo actuaciones musicales, como la de Lluís Llach.

Fue en la zona ocupada por los convocados por los CDR donde la temperatura empezó a subir pronto, al lanzar algunos manifestantes objetos contra los agentes policiales. Las cargas se sucedieron sin tardar, seguidas de estampidas de personas por las calles del Eixample. Tres personas habían sido detenidas en torno a las diez de la noche.

Además de lanzar botellas, petardos y pintura, entre otros objetos, un grupo de manifestantes recogió muebles y cartones de los alrededores y les prendió fuego en la calle Mallorca hasta formar una hoguera de importantes dimensiones, que separaba a los Mossos de los manifestantes. Hacia las once, las hogueras eran numerosas. La mayoría de los violentos iban encapuchados y volcaron contenedores. Más allá del Eixample, se producían cortes de tráfico en lugares como la avenida Meridiana, a la altura de Fabra i Puig en los dos sentidos de la marcha.

También en Tarragona, Girona y Lérida se produjeron escenas de tensión en las movilizaciones ante las subdelegaciones del Gobierno. En Girona se reunieron 9.000 personas, parte de las cuales lanzaron objetos contundentes contra los Mossos, que replicaron con proyectiles de espuma. En las carreteras, el corte más importante fue hecho en la autopista AP-7, a unos 5 kilómetros al norte del aeródromo de Girona. Cortes intermitentes de vías se registraron en toda Cataluña desde primera hora.