El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, evitó pronunciarse ayer sobre el desafío que el secesionismo catalán representa para España durante la audiencia de tres horas en la que buscó el respaldo del Parlamento Europeo para el cargo de Alto Representante de la UE para la Política Exterior.

"Puedo tener una visión política general sobre lo que significan los movimientos populistas en el mundo y estoy convencido de que buena parte de los problemas geopolíticos que tenemos tienen raíces locales alimentadas por nuevas dinámicas sociológicas. Pero no voy a decir en este momento y en la función a la que pretendo acceder nada sobre el problema interno de un país, aunque sea el mío", sentenció.

"Como Alto Representante mi tarea no será pronunciarme sobre problemas internos de cada uno de los países", respondió Borrell, quien fue presidente la Eurocámara (2004-2007), al eurodiputado del PP Antonio López-Istúriz.

Borrell, catalán y antinacionalista declarado, matizó al eurodiputado popular que ya ha sido bastante "franco" ( outspoken, dijo en inglés) sobre el asunto, y que se ha pronunciado "con toda la firmeza que cabe".

Acciones

El ministro también anunció que venderá un paquete de 12.000 acciones de Iberdrola que "preocupa" a los eurodiputados.