Pedro Sánchez afronta las elecciones generales del 10 de noviembre convencido de que los españoles se inclinarán por un voto más pragmático que ideológico y confía en ganar con ventaja aunque no sea esa la percepción general en este momento.

Al líder socialista, además, no parece preocuparle la irrupción del partido de Íñigo Errejón Más Madrid, en la política nacional y recuerda que se trata de un fundador de Podemos que ahora pide el voto para otro partido; es decir, sugiere que el daño sería mayor para Pablo Iglesias.

Sánchez compartió anoche estas reflexiones en Nueva York en una conversación informal con la prensa española tras su primera jornada en esta ciudad, donde participó en la cumbre del clima y otros eventos paralelos.

En su opinión, falta mucho aún para la cita con las urnas -que este martes queda convocada oficialmente con el decreto que van a firmar el Rey y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet- y no se puede prever el resultado pensando en la fotografía política actual.

Aconsejó dejar de pensar en el "aquí y ahora" y "levantar la mirada" porque aún pueden pasar muchas cosas. Además, augura un octubre "muy político" que puede ser "decisivo" y condicionar mucho los comicios, con cuestiones como el "brexit" o la sentencia del procés.

Sánchez quitó hierro a las encuestas que ahora le culpan del bloqueo -algo que ve normal por ser el principal responsable de intentar formar Gobierno- o no le auguran una subida relevante. Y recordó que a Mariano Rajoyle pasó lo mismo en 2016.

En esta conversación, el desembarco de Errejón en la contienda electoral fue uno de los temas que más preguntas provocó, pero Sánchez insistió en quitar hierro al asunto, y advirtió de que el voto que pierda el PSOE por Más Madrid lo puede recuperar quitándoselo a Podemos o a otros partidos como Ciudadanos.

En este contexto defiende que el trasvase de votos puede darse de muchas formas, y recalcó, por ejemplo, que no todos los votos que pierda Ciudadanos van a ir a parar al PP, sugiriendo de nuevo que los socialistas pueden llevarse muchos apoyos que antes tenía el partido naranja.

Del mismo modo, Sánchez tiene su percepción particular y no cree que el Partido Popular vaya a subir tanto como le auguran muchas encuestas.

Lo que tiene claro el presidente del Gobierno en funciones es que tras los comicios del 10 de noviembre todos los partidos tendrán que cambiar de actitud.

Pedro Sánchez no quiere hacer cábalas sobre futuros pactos pero cuando se le volvía a preguntar por Errejón señalaba, tras reconocer que no ha hablado nunca con él, que "parece más posibilista" que Iglesias a la hora de buscar un acuerdo.

Y en otro momento de la conversación volvió a poner el énfasis en el mal momento de Podemos al recordar que no está cohesionado territorialmente.

Sobre el fantasma de la abstención, Sánchez asume que aumentará pero recuerda que se parte de una participación muy alta en los últimos comicios. En cualquier caso no cree, en absoluto, que vaya a haber una caída en picado de la participación.

El presidente del Gobierno en funciones se mostró en cualquier caso tranquilo ante la precampaña que comienza hoy mismo a la que los socialistas llegan, dijo, con "muchas fortalezas". Eso sí, apostilló, "hay que jugar el partido".

Otras fuentes socialistas coincidían anoche con Sánchez en que a quien más daño va a hacer Errejón es a Podemos, y se mostraban optimistas al señalar que posiblemente será más fácil pactar "a tres" tras los comicios, porque ven al líder de Más Madrid como un "factor" que puede ayudar a la gobernabilidad.

Pero no todo es optimismo y hay quien piensa en el PSOE que en estos momentos no hay movilización ante la convocatoria electoral y tampoco ayuda la irrupción de Errejón, como apuntaban otras fuentes del partido.

En esta jornada en la que se convocan oficialmente los comicios del 10 de noviembre, Pedro Sánchez tiene una cargada agenda internacional que pasa no solo por su discurso en la Asamblea General de la ONU, también por una importante reunión bilateral, la que tendrá con el presidente iraní, Hasan Rohaní.

Sus compromisos en Nueva York se alargan hasta el jueves, así que habrá que esperar al final de la semana -el PSOE celebra comité federal el sábado-para la precampaña pura y dura.