Sin garantía de éxito, Pedro Sánchez no se expondrá a una nuevo intento de convertirse otra vez en presidente. La portavoz del Gobierno, la ministra Isabel Celaá confirmó ayer que el líder socialista solo irá a la investidura "si cuenta con los votos que la respalden". A falta de otro candidato, la decisión de Sánchez de no exponerse a un nuevo fracaso, que en su caso sería el tercero, llevaría de nuevo a elecciones al disolverse las Cortes el 23 de septiembre.

Celaá fue ayer muy clara, tras el Consejo de Ministros, al anticipar que de las negociaciones con los grupos políticos que el PSOE retomará la próxima semana tiene que salir el respaldo suficiente para que Sánchez cuente con la seguridad de convertirse en presidente del Gobierno. La vicepresidenta Calvo anticipó ya días atrás esta opción al apuntar que el líder socialista carece ahora de encargo del Rey de formar Gobierno, por lo que no es candidato formal a la investidura.

Tras presentar el martes en un acto público el programa de 300 medidas que los socialistas utilizarán como eje de la negociación, se abrirán los contactos para recabar apoyos parlamentarios, comenzando por el PRC y el PNV. Los nacionalistas vascos, como ya hiciera el cántabro Revilla la víspera, mostraron ayer su malestar con el PSOE, del que lleva esperando una llamada desde comienzos de agosto y al que exige "una negociación seria, discreta y respetuosa".

La segunda semana de septiembre será la de la reunión con el resto de las fuerzas de ámbito nacional. Llegará entonces el momento del encuentro con Podemos, a quien el PSOE todavía califica de "socio preferente" pese al evidente distanciamiento, que alcanzó su momento más visible en el pleno del jueves pasado para debatir sobre el "Open Arms". Mientras Iglesias insiste en retomar la negociación en el momento en que quedó interrumpida en julio, con su rechazo a que Sánchez fuera presidente, los socialistas se ratifican en que no hay marcha atrás. "La propuesta de Gobierno de coalición, ya no está vigente no está encima de la mesa, es una propuesta minada por la desconfianza de la negociación y la votación de investidura de julio", afirmaba ayer Celaá.

"La confianza con Podemos no es recuperable para un gobierno de coalición, pero sí para un acuerdo programático y sacar adelante la investidura", exponía por su parte en una entrevista radiofónica el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Rafael Simancas. "No hay un contexto de confianza suficiente" para recuperar la fórmula del Ejecutivo coaligado, abundaba Simancas.

Ante la perspectiva de una vuelta a las urnas, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, rechazaba ayer una posible alianza electoral bajo la etiqueta "España Suma", con la que el PP aspira a la reunificación de la derecha.