Lo señalaron hace unos meses empresarios de Galicia Asturias y León, unidos para propiciar el desarrollo del extremo noroccidental de la península: Cantabria, con la que siempre se había contado en ese "frente común", estaba "a otra cosa"; había dejado de mirar al Noroeste y había puesto sus ojos en el País Vasco, e incluso más allá, en el eje Mediterráneo. El Gobierno cántabro, que preside Miguel Ángel Revilla, ha decidido "desengancharse" de Asturias y, respaldado por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), ha logrado que el Ministerio de Fomento dé los primeros pasos para impulsar el AVE entre Bilbao y Santander, un tren que unirá ambas ciudades en 40 minutos y que servirá tanto para viajeros como para mercancías. Y todo a cambio del apoyo a la investidura de Pedro Sánchez de Revilla, único diputado en el Congreso del Partido Regionalista Cántabro (PRC).