La familia del expresidente catalán Jordi Pujol amasó una fortuna de 290 millones de euros, según estimación de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Los Pujol funcionaban con "unidad de caja" y acumularon un "patrimonio desmedido" como "fruto de sus conductas corruptas", según refleja el auto más reciente del magistrado de la Audiencia Nacional José de la Mata, quien investiga las actividades de la familia.

El informe de la UDEF, de más de 200 páginas, refleja tres décadas de "actividades de corrupción", del grupo familiar, al frente del cual se situaban el expresidente catalán y su primogénito. La familia Pujol Ferrusola "impuso su modus vivendi de corruptelas y negocios ilegales mediante la coacción a muchas personas a las que tuvieron atemorizadas durante años" y que nunca denunciaron la situación porque con ese paso "estarían muertos civilmente" si lo hacían y "les sería imposible continuar con su modo de vida".

El primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, es una pieza clave en el entramado y los investigadores lo consideran uno de los recaudadores del tres por ciento de contratas públicas con el que se nutrían de forma ilegal las arcas de CDC. Jordi Pujol, quien ya pasó siete meses en prisión, de la que salió tras abonar 500.000 euros de fianza, se enfrenta a delitos de blanqueo de capitales, contra la hacienda pública, falsedad en documento mercantil y organización criminal. La investigación ha acreditado el papel esencial del primogénito "en el desarrollo de un sistema espurio, la financiación de partidos políticos con capitales adulterados". "Sus propias cuentas en Andorra, alimentadas con comisiones ilícitas, sirvieron para financiar campañas electoras de CDC, que además en gran parte finalmente se pagaron con dinero procedente de empresas adjudicatarias de concursos públicos", apunta el informe de la UDEF.

La comisión rogatoria remitida por el juez De la Mata a Suiza dejó al descubierto que el primogénito llegó a acumular casi 26 millones en dos cuentas en el país helvético. Buena parte de ese dinero fue transferido entre 2004 y 2005 a una cuenta en Luxemburgo a la que el magistrado sigue ahora la pista. En el auto en el que, para seguir con la investigación de fondos, libra una nueva comisión rogatoria, De la Mata sostiene que la familia Pujol Ferrusola "ha aprovechado su posición privilegiada de ascendencia en la vida política/social/económica catalana, para acumular a lo largo de los años un patrimonio desmedido por sus miembros, directamente relacionado con percepciones económicas fruto de conductas corruptas".

Las facturaciones millonarias realizadas a través de las sociedades instrumentales asociadas a Pujol hijo, según el juez, "no tienen justificación material alguna, no sustentándose en ningún caso la prestación real de servicio alguno asociado al concepto que se trasladó a las facturas". De la Mata considera acreditado que Pujol Ferrusola recurrió a Suiza y otros países para intentar ocultar y blanquear los capitales obtenidos ilícitamente, "ocultos en Andorra y otras jurisdicciones". La más abultada de estas operaciones, una transferencia de 4,4 millones realizada el 27 de agosto de 2002 desde una cuenta andorrana a una cuenta del banco JP Morgan en Ginebra (Suiza), revela el principio de "unidad de caja con el que funciona la familia", ya que, para juntar los 4,4 millones, el mismo día de la transferencia a Suiza se ingresan en la cuenta andorrana fondos de otras cuentas a las que estaban o habían estado vinculados otros familiares.

Interrogado sobre estas operaciones, el primogénito de los Pujol aseguró que el dinero de las cuentas suizas era suyo, resultado de operaciones financieras tras el reparto de la herencia del abuelo. Pujol hijo fue muy activo en las inversiones financieras con su parte del legado del abuelo Florenci, que al quedar al descubierto provocó el hundimiento político y social del expresidente catalán.