La última intervención de Díaz Ayuso en la larga sesión plenaria fue para reprochar lo que considera "una campaña de desprestigio" de su persona desatada en las semanas previas a la investidura. La candidata popular acusó a la izquierda de "traspasar una línea" al "meter por medio a la familia" y a su padre, que "no está en vida para defenderse". Díaz Ayuso explicó que su familia, "de clase media", se arruinó en la crisis tras haber creado puestos de trabajo y poner "en juego" el patrimonio de sus hijos. Al borde de las lágrimas, perfiló a su padre como un hombre "bueno y trabajador" que estaría "orgulloso" de verla como presidenta.

Más Madrid anunció que llevará a la Fiscalía las informaciones que relacionan a Ayuso con Avalmadrid ante un posible alzamiento de bienes por parte de la popular, al haber recibido como donación un inmueble de su padre que figuraba como garantía de un crédito de 400.000 euros del que nunca llegó a devolverse ningún plazo, según informaciones publicadas en las últimas semanas.

En el debate de ayer también surgieron otros de los asuntos que la izquierda considera oscuros, como los posibles vínculos de la nueva jefa del Ejecutivo madrileño con la trama Púnica. Uno de los cabecillas de la red, el exconsejero Francisco Granados, asegura que Díaz Ayuso no tuvo relación directa con los imputados. La presidenta insiste en que careció de capacidad decisoria sobre los asuntos bajo investigación judicial, limitándose a realizar un trabajo voluntario para la organización.