La tensión crece a bordo del barco de la ONG española "Open Arms", que busca un puerto donde atracar desde hace diez días. El director de la ONG, Óscar Camps, advirtió ayer a las autoridades italianas que está dispuesto a entrar sin autorización en cualquier puerto si razones humanitarias le obligan a ello, aunque precisó que lo hará solo en caso de que la necesidad sea extrema.

El "Open Arms", que transporta a 160 migrantes desde que el sábado recogió a 39 por petición de las autoridades de Malta, solicitó ayer permiso a las autoridades italianas para evacuar a tres personas rescatadas "con diagnósticos que requieren atención médica especializada".

Malta solo ha accedido al desembarco de las 39 últimas personas rescatadas, algo que resulta "inadmisible" en opinión de la organización, en la medida en que no implica hacerse cargo de las 121 restantes. Esta disparidad "ha generado serios problemas de seguridad en cubierta", informa la ONG.

La jefa de misión de "Open Arms", Anabel Montes, explicó por su parte en un vídeo grabado en la embarcación que "cada día que pasa aumenta el sufrimiento" de los 160 socorridos y lamentó que "mantenerles en eterna incertidumbre" cree una dificultad añadida "a las historias tan crueles y duras que han tenido que soportar".

Montes mostró además su solidaridad con los migrantes que se encuentran a bordo de otro barco humanitario, el "Ocean Viking", de las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterráneo, y que también esperan autorización para entrar en algún puerto italiano o maltés. "Pedimos a los Estados que sean capaces de organizar un mecanismos para desembarcar y distribuir a todas las personas sin poner en peligro su integridad física como está pasando aquí ahora", expuso la dirigente de la ONG.

El "Ocean Viking" anunció ayer el rescate de otros 81 migrantes en aguas del Mediterráneo central, con lo que son 251 el total de rescatados a bordo, un número que rebasa el límite de carga del navío, estimado en 200 personas. Se trata del tercer rescate efectuado por el barco desde que el pasado viernes salvaron de las aguas a 85 personas tras haber recogido a otros tantos náufragos el día anterior.

"El 'Ocean Viking' es un barco de emergencia", recordó ayer la responsable de comunicación de MSF a bordo del barco, Hannah Wallace, "y no tenemos capacidad para atender médica y psicológicamente a estas personas que llevamos a bordo de una manera prolongada".

Dado que ningún país ha ofrecido al barco la oportunidad de desembarcar, "el Ocean Viking continuará patrullando las aguas del Mediterráneo Central ya que puede haber otras embarcaciones de fortuna que se encuentren en peligro", según MSF.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que, en lo que va de año, más de 840 personas han perdido la vida en el Mediterráneo, entre ellas unas 576 que intentaban alcanzar las costas de Italia o Malta.