Las distancias que separan al Gobierno y a Unidas Podemos (UP) no se han reducido desde la investidura fallida del pasado julio. Así se deduce al menos de las declaraciones efectuadas ayer por el presidente del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, tras celebrar con el Rey en Palma su habitual despacho veraniego.

Sánchez aseguró que el Gobierno "no tira la toalla" en su búsqueda de un acuerdo con UP, pero alertó de que su "desconfianza" respecto al líder morado, Pablo Iglesias, "continúa" y, además, "es recíproca". A pesar de todo, el líder socialista convino con el Rey en que los españoles no desean una repetición de los comicios, por lo que la mejor solución, tal y como advirtió Felipe VI el pasado domingo, es buscar de nuevo un acuerdo.

En todo caso, Sánchez sigue descartando de plano un Gobierno de coalición -solución de la que nunca fue partidario- y basa su actual negativa en que Podemos "ya lo rechazó en la investidura". En consecuencia, el presidente estima que las fórmulas posibles de entendimiento son un acuerdo programático -como el que rige en Portugal o Dinamarca-, un pacto de investidura o un pacto de legislatura.

El presidente en funciones no dejó de resaltar que Iglesias, antes de la investidura, basaba su exigencia de un Gobierno de coalición -que a ojos del socialista era más bien de "compartimentación"- en una "supuesta desconfianza" hacia el PSOE que, ahora, puntualizó, "es recíproca, y máxime cuando la investidura falló".

Desde Unidas Podemos, su secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, puso en duda la "desconfianza recíproca", instó a Sánchez a "trabajarse los apoyos" y le pidió que deje de "buscar excusas". Echenique fue jefe de las negociaciones con el PSOE previas a la investidura fallida.