El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, terció ayer en la polémica sobre los recibimientos abertzales a los presos etarras excarcelados advirtiendo que su formación no va a aceptar que le digan si puede o no recibir con homenajes a los reclusos de ETA cuando vayan saliendo de la cárcel. "No estamos dispuestos a que nos digan a quién podemos recibir ni a quién podemos abrazar", afirmó. Si no se da "una solución constructiva" en materia penitenciaria, añadió Otegi en referencia a medidas de gracia generalizadas, "hay 250 presos y habrá 250 recibimientos".

Otegi resaltó que "ha habido 60 denuncias a la Audiencia Nacional sobre recibimientos a presos que salen de la cárcel y todas han sido archivadas" porque el tribunal considera que "no existe delito punible" en ellos. El líder abertzale explicó que esos actos los organizan familiares y amigos de los presos, pero "no lo hacen para humillar a nadie", en alusión a las víctimas del terrorismo, "sino para recibir a una persona que viene a su pueblo".

Mientras, en Pamplona, la líder del PSN-PSOE, María Chivite, fue elegida presidenta del Gobierno Foral con los votos de su partido, de Geroa Bai (PNV), Podemos e Izquierda, gracias a la polémica abstención de dos de los siete parlamentarios forales de EH Bildu. Chivite contó con el rechazo de Navarra Suma, la coalición de UPN, PP y Cs, quienes vienen criticándola por sacar adelante su investidura con la abstención abertzale. El nuevo Ejecutivo navarro estará formado por ocho socialistas, cuatro miembros de Geroa Bai y uno de Podemos.