La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, confirmó ayer que el Gobierno no tira la toalla tras la fallida investidura de Pedro Sánchez y explorará otras vías para reconducir la situación y no ir de nuevo a las urnas. Un mensaje idéntico al que Sánchez emitió la noche del jueves, pero con una diferencia: la vía de la coalición con Unidas Podemos está cerrada.

"Ese espacio está concluido, lo concluyó el señor Iglesias ayer (por el jueves), y como no es baladí, no se puede estar hoy por la mañana como si no hubiera ocurrido ayer", dijo Calvo, haciendo buenas las advertencias que el candidato le hizo a Iglesias hace una semana: "Mantengo la oferta (de un Gobierno de coalición) hasta el día de la votación, después no habrá ninguna oferta". A lo que añadió: "Cualquier fórmula de entendimiento posterior no pasará ya por una coalición".

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Calvo culpó a Pablo Iglesias del fracaso de la investidura. Y no una vez, sino varias, y con distintas palabras: "Al Gobierno de coalición le ha cerrado las puertas Unidas Podemos". "Ellos solos lo han rechazado". Así que, de haber acuerdo con la formación morada, sería programático o de legislatura, expuso la Vicepresidenta. Como en Portugal, donde los socialistas gobiernan en solitario y el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda dan sostén al Ejecutivo en el Parlamento.

Tras dar carpetazo a la vía de la coalición, Calvo anunció que el Gobierno quiere "explorar otras situaciones" (Sánchez habló el jueves de "caminos"), lo que también deberían hacer las demás grandes fuerzas (PP, Cs y UP). También "corresponde al resto de las formaciones políticas mover las piezas que consideren oportunas" para evitar unas nuevas elecciones, dijo la número dos del Ejecutivo, en lo que pareció una invitación a que lo intente otro candidato.

En cualquier caso, Sánchez, como líder de la fuerza más votada, seguirá hablando con el resto de los líderes, a quienes habrá que preguntar qué van a hacer ahora. "Vamos a seguir trabajando con todo el mundo", anunció Calvo. Y repitió: "Lo ocurrido esta semana no se va a volver a repetir". "Está rechazado y rechazado queda" (la coalición con Podemos). Porque la oferta final que se hizo al partido de Iglesias (una vicepresidencia y tres ministerios) fue "razonable, equilibrada, posible y entendible".

Anunció, además, que el Gobierno no se va de vacaciones y estará operativo todo el mes de agosto, con reuniones del Consejo de Ministros todas las semanas menos la del 15.

Mano tendida

A las advertencias de Calvo, Unidas Podemos respondió con el mensaje de que seguirá con "la mano tendida para construir un gobierno de coalición con lealtad y seriedad", insistiendo que el partido quiere un Ejecutivo en el que todas las partes tengan "competencias importantes".

La portavoz adjunta, Ione Belarra, reiteró que su formación sólo pide competencias para llevar adelante "políticas que de verdad le cambien la vida a la gente" y llamó a Sánchez a la "reflexión", porque "nadie entendería" que "buscara el acuerdo de la derecha cuando lo que prefiere la gente" es "un gobierno de coalición progresista".

Pero el fracaso de la investidura ya provoca disensos en el seno de Unidas Podemos. Izquierda Unida (IU) propuso ayer que, aunque el PSOE no vuelva a ofrecerles formar un Gobierno de coalición en caso de una nueva investidura, se intente cerrar un acuerdo programático y así evitar el "riesgo innecesario e inasumible" de una repetición electoral.