El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) coloca al PSOE de la mayoría absoluta con una intención de voto del 39,5 por ciento. A muchas distancia, con el 15,8, Ciudadanos sería la segunda fuerza, por encima del PP, con un 13,7.

Unidas Podemos experimentaría una caída de 2,6 puntos respecto al barómetro de mayo y ahora estaría en el 12,7 por ciento. El sondeo adquiere más relevancia de la habitual por conocerse cuando la negociación para la investidura de Pedro Sánchez entra en su fase definitiva y la posibilidad de que no consiga los apoyos necesarios pone en el horizonte de cuatro meses una nueva llamada a las urnas.

A tenor de estos resultados, los socialistas seguirían ganando respaldo de los electores desde las elecciones de abril, cuando obtuvo el 27,4 por ciento de los sufragios. La suma de 12,1 puntos en intención de voto respecto a los obtenidos en las urnas colocarían a los socialistas al borde de la mayoría absoluta. Con ese porcentaje próximo al 40 por ciento, aunque en un escenario político menos fragmentado, el PSOE de Felipe González obtuvo en octubre de 1989 175 diputados, a solo uno de la mayoría absoluta.

Estrategia de Rivera

El CIS revalidaría además la estrategia de Albert Rivera para sobrepasar al PP al mantener a Ciudadanos por encima de los populares, con apenas una ligera bajada sobre las expectativas que le otorgaba en mayo. Pese a ello, la formación naranja desacreditó el barómetro y cuestiona su credibilidad por considerar que está orientado a favorecer al PSOE.

El PP sería el tercer partido en el escenario hipotético de que hubiera comicios ahora. El CIS le atribuye un 12,7 por ciento de intención de voto, un porcentaje muy inferior al 16,7 que consiguió en las elecciones, aunque más de dos puntos por encima del 11,4 de la anterior encuesta.

Podemos seguiría en fase de retroceso, a la vista del sondeo realizado entre el 1 y el 11 de junio, poco después de las elecciones municipales y autonómicas, y perdería 2,6 puntos.

Vox venía del barómetro de mayo con la mitad de su respaldo electoral ya perdido y ahora se mantendría casi igual, con un mínimo descenso. Entre las fuerzas independentistas, ERC es la que mejor resiste, al mantenerse en el 3,9 por ciento, mientras JxCat cae siete décimas, hasta el 1,2 y EH-Bildu baja de 1,1 por ciento de votos al 0,8.

La decisión del CIS de no cruzar las distintas respuestas de los cerca de 3.000 encuestados y limitarse a dar la intención directa de voto, sin "cocina" previa, coloca a su director el socialista José Félix Tezanos en el centro de todas las críticas.

El portavoz adjunto del PP en el Congreso, Guillermo Mariscal, considera que el barómetro "cocina al gusto" de Pedro Sánchez para justificar la convocatoria de unas nuevas elecciones. En la misma línea, el diputado de Unidas Podemos Rafael Mayoral califica de "muy peligroso" que el PSOE se crea la encuesta e interprete que "puede ser una buena motivación para ir a elecciones",

En una advertencia metodológica, el centro advierte que el "clima de sobreexposición de la política" hace que los resultados deban interpretarse "más bien como un reflejo del pasado"que como una "plausible medición de eventuales comportamientos futuros".

Sensibilización

La propia encuesta muestra una sensibilización ciudadana ante el acontecer público que alcanza a niveles a los que no se llegaba desde hace mucho. La preocupación de los ciudadanos por la política, los partidos y los políticos en general toca hasta su máximo histórico desde 1985. El 32,1 por ciento de los encuestados, cuatro puntos más que hace un mes, cita la política como uno de los tres principales problemas del país, el segundo en relevancia después del paro, que inquieta al 62,5 por ciento, y por encima de la corrupción, que figura en tercer lugar y la cita como asuntos primordial el 25,7 por ciento.

La mitad de los votantes del PSOE y Unidas Podemos son partidarios de cambiar la Constitución para facilitar la investidura del presidente del Gobierno, de manera que se permita la elección al primer intento por mayoría simple, sin necesidad de buscar la mayoría absoluta, como ahora se exige.

Asimismo, un 37,7 por ciento de los españoles está a favor de poner un límite al precio del alquiler, según se desprende del barómetro del CIS.

El sondeo revela además que más del 80 por ciento de los encuestados prefiere comprar vivienda propia, frente a solo el 12,9 que opta por el alquiler.

A pesar de esas preferencias, el 86,3 por ciento de los encuestados no tiene planes de comprar una vivienda en los próximos doce meses, en su mayoría porque no tienen dinero suficiente.