Albert Rivera instó ayer a Ciudadanos a mantener una unidad total en el rechazo a facilitar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En un acto previo al consejo general de la formación, el máximo órgano entre congresos en el que podrían suscitarse algún debate sobre la estrategia del partido, Rivera invitó "a quienes piensan que el sanchismo tiene que campar a sus anchas" a que "presenten su propio partido".

Su intervención de ayer sirvió para compensar los silencios en una semana en la que en Ciudadanos se abrieron grietas sobre el rechazo frontal al candidato socialista. Las más sonadas fueron la salida del partido de su portavoz económico en el Congreso, Toni Roldán, y la renuncia a seguir en la ejecutiva del eurodiputado Javier Nart. Arropado por la dirección y ante los más de 160 miembros que integran el consejo general, sobre el que el presidente del partido tiene un dominio casi total, Rivera reclamó a los suyos "remar" en la misma dirección, "si lo hacéis seréis compañeros", dijo. Tras una profesión de su fe liberal, el líder de la formación naranja defendió que el partido defina su línea "sin tutelas, ni presiones", insistiendo en que en el debate de investidura dirá "no a Sánchez y sí a la democracia" porque su objetivo es hacer una oposición "firme, humilde y con sentido de Estado". El líder de Cs definió la formación como un "proyecto alternativo al sanchismo, al bipartidismo y al nacionalismo" y defendió su posición invocando el respaldo de 4,2 millones de votantes. "Esa es nuestra fortaleza, el capital humano", afirmó.

Por si quedaba duda de que el momento es poco apropiado para discrepar en Ciudadanos, a la entrada a la reunión el exportavoz parlamentario Juan Carlos Girauta dejaba claro que el "no" a Sánchez es "absolutamente definitivo". Girauta insta a aceptar la decisión de la comisión ejecutiva "un órgano colegiado. Todos, los que ganamos y los que perdieron esa votación, estamos vinculados por ella y todos debemos atenernos a ella y cumplirla".

Repliegue crítico

La intervención de Rivera marcó ayer un repliegue de los críticos con el rechazo frontal a Sánchez. El líder de Cs en Castilla y León, Francisco Igea, uno de los que el lunes pasado votó en contra de mantener el rechazo, consideraba "buena idea" la invitación de Rivera, de que quien no esté de acuerdo que forme otro partido, y dejó claro su intención de seguir trabajando para evitar que "triunfen el sanchismo, la secesión y la falta de igualdad".

Luis Garicano, el jefe de filas de Cs en el Europarlamento, otro de los que promovió el debate para que Ciudadanos reconsidere su posición, no asistió al consejo general, pero, a través de las redes sociales, se adhirió al mensaje de Rivera, que "expresa perfectamente lo que hace a Ciudadanos diferente. Ciudadanos libres e iguales que expresamos nuestra opinión de forma libre, pero que remamos, sin ambigüedades, en la misma dirección".

Solo Toni Roldán, ahora fuera de Ciudadanos, replicaba a su antiguo líder al apuntar que "no hace falta crear un partido, solo hay que sentarse, exigir reformas, regeneración y que no haya pactos con nacionalistas", condiciones todas ellas que permitirían, a su juicio, reconsiderar la posición ante la investidura de Sánchez.