El PSOE presiona a Unidas Podemos para que renuncie a su pretensión de entrar en el futuro Gobierno y acepte la incorporación de algunos de sus representantes en cargos ministeriales de segundo nivel a cambio de facilitar que Pedro Sánchez sea de nuevo presidente. Los socialistas insisten en que entre la primera y la segunda semana de julio su candidato irá a la investidura, a riesgo de que el intento resulte fallido y se ponga en marcha el proceso hacia una nueva convocatoria electoral. La decisión en el último momento del PSN de dar la presidencia del Parlamento navarro a Geroa Bai, coalición que encabeza el PNV, y aceptar la presidencia de EH Bildu en la Mesa facilita el buen clima de negociación de Sánchez con los nacionalistas vascos y mantiene abierta la puerta a que los radicales se abstengan en segunda votación.

En alusión al último encuentro entre Sánchez e Iglesias, el lunes pasado en La Moncloa, la vicepresidenta Carmen Calvo afirmaba ayer que "la oferta que ha hecho el presidente no está ubicada en el Consejo de Ministros". Quería decir Calvo que la propuesta al líder de Podemos consiste en "algunos puestos de responsabilidad importante", pero no en primera línea política. La exigencia de Iglesias de entrar en el Gobierno toma cuerpo así como el escollo principal de la negociación de la investidura. La portavoz de Podemos en el Congreso, Irene Montero, insistía ayer en un acuerdo de Gobierno "completo" con el PSOE que implica "negociarlo todo", tanto los programas como los equipos.

Mientras esa vía se complica, se van trenzando otros posibles apoyos. La composición de la Mesa del Parlamento de Navarra, resultado de un acuerdo de última hora entre PSN y Geroa Bai, allanó ayer el camino para la negociación del próximo Gobierno en la Comunidad foral con un pacto que podría dar la presidencia a los socialistas navarros. La Cámara estará presidida por Unai Hualde y en el órgano que rige la vida parlamentaria se sentará EH Bildu. Todos los intervinientes en el acuerdo desvincularon este primer paso de sus respectivas posiciones ante la votación de Sánchez para encabezar un nuevo Ejecutivo. "No tiene que ver Navarra con lo que podamos hacer en la investidura del presidente", afirmaba ayer Calvo. Para la Ejecutiva del PNV, ese acuerdo no debe verse "en absoluto" como un avance en el apoyo a la investidura de Sánchez, quien "no cuenta" ahora con sus 6 votos.

Sin embargo, el líder del PP, Pablo Casado, considera lo ocurrido en el Parlamento navarro como un "primer pago" a los independentistas y una "traición" de los socialistas en Navarra. Sánchez "está dispuesto a ceder cualquier cosa para seguir en el Gobierno", asegura Casado. En similares términos, la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas considera que el pacto para la Mesa del Parlamento anticipa un Ejecutivo encabezado por el PSN que desplazará a Navarra Suma, la coalición de UPN con la formación de Rivera. UPN ofreció a Pedro Sánchez la abstención de sus diputados en el Congreso a cambio de que los socialistas les facilitasen el Ejecutivo navarro.