La abstención del independentismo comienza a ganar peso en los cálculos de los socialistas para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En el segundo día de contactos para recabar apoyos, el PSOE cosechó ayer la negativa frontal de Coalición Canaria a que sus dos diputadas voten a favor del candidato socialista. Con ello, tendrá que atraerse los dos votos de UPN, condicionados a que le cedan Navarra, o confiar en que ERC o JxCat, con cuyos representantes se verán hoy la portavoz Adriana Lastra, opten por abstenerse en la segunda votación, en la que basta con obtener más respaldos que rechazos.

El "número tres" del partido, José Luis Ábalos, fue el encargado ayer de la ronda de contactos para la investidura. El PNV, cuyos seis diputados son una de las piezas claves en la suma del PSOE, mostró su disposición al acuerdo, aunque sin garantías hasta concretar los detalles. El único diputado del Partido Regionalista Cántabro sí confirmó su apoyo a Sánchez a cambio de una serie de compromisos inversores, entres ellos el AVE a Santander. El portavoz de Compromís, Joan Valldoví, otro con el que cuentan los socialistas, se mostró ayer convencido de que la investidura se consumará antes de agosto.

Pese a estas posiciones, Ábalos resumía ayer la jornada negociadora con la constatación de que "las fuerzas territoriales parecen tener más compromiso que otras nacionales" para poner en marcha la legislatura.