El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, hizo ayer un cambio sorpresa al frente de los Mossos d'Esquadra al situar en el cargo a Eduard Sallent, hasta ahora subjefe de la comisaría general de Información, en sustitución de Miquel Esquius, nombrado hace poco más de diez meses, en julio de 2018. A su vez, Esquius había sustituido a Ferran López, el comisario designado por el Gobierno en la etapa del 155, tras la destitución del mayor Josep Lluís Trapero. En total, cuatro jefes en poco más de año y medio.

La carrera de Sallent, que lleva 22 años en el cuerpo, ha adquirido una aceleración meteórica ya que en el mismo día, ayer, pasó de intendente a comisario y adquirió el rango de comisario jefe. En sus primeras palabras tras el nombramiento, Sallent, a quien en algunos sectores se atribuye un perfil más independentista que a su predecesor, anunció que se propone dejar a los Mossos al margen del "debate partidista". En una carta de despedida, Esquius explicó que su destitución le fue comunicada "por sorpresa" el miércoles y resaltó que su actuación ha estado presidida por "la neutralidad política". El presidente de Cs en el Parlamento catalán, Carlos Carrizosa, acusó a Buch de usar a los Mossos como "si fuesen una policía política" y dio por sentado que se está anteponiendo el "procés" a la seguridad de todos los catalanes.