La dirección nacional de Ciudadanos abordará hoy, previsiblemente, la estrategia de futuros pactos en municipios y gobiernos autónomos. La resistencia de destacados miembros del partido de Rivera a reeditar el modelo andaluz, con acuerdos en los que participe Vox, y la decisión sobre algunas plazas muy simbólicas, como la alcaldía de Barcelona, anticipa una reunión en la que probablemente se escuchen voces críticas con la deriva que la formación tomó en los últimos llamamientos a las urnas. El eurodiputado Luis Garicano, miembro de la dirección, rompía ayer con la posición del partido al defender el apoyo a Colau para impedir que el secesionista Ernest Maragall se convierta en el nuevo alcalde de la capital catalana.

El plazo para la constitución de las nuevas corporaciones, el próximo 15 de junio, corre ya y comienzan a ponerse algunas cartas boca arriba. Ciudadanos encomendó la negociación a una comisión encabezada por su secretario general, José Manuel Villegas, cuyo único anticipo sobre posiciones futuras hasta ahora fue exigir a los representantes del PSOE que pudieran necesitar su apoyo para acceder a gobiernos locales y regionales que se desmarquen de la política territorial de Pedro Sánchez.

Apuntalar a Casado

Ciudadanos se enfrenta al dilema de respaldar al PP en dos plazas simbólicas como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para impedir que Manuela Carmena vuelva a ser alcaldesa o que el socialista Ángel Gabilondo presida el Ejecutivo autonómico. Pese a sufrir un severo descalabro -perdió seis concejales y dieciocho diputados, su peor resultado regional- los populares están en condiciones de gobernar en ambas instancias con la suma de votos de Ciudadanos y de Vox. Esa posibilidad permitió a Pablo Casado celebrar como victoria simbólica, en la noche del 26 de mayo, lo que fue un evidente retroceso electoral. Ahora depende de Rivera, cuyo afán en la última campaña estuvo marcado por sobrepasar al PP, sin lograrlo, que el líder de los populares pueda capitalizar ambos logros.

Como anticipo, el candidato de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, asegura que "está descartado" que su partido permita la investidura como alcaldesa de la capital de la actual regidora, Manuela Carmena. Su objetivo es que "no siga gobernando" la todavía regidora y para ello intentarán "formar Gobierno con el PP", afirma Aguado, una combinación que no alcanza en ninguno de los dos casos la mayoría suficiente para fraguar y que requiere del apoyo de la ultraderecha. Sin embargo, la pretensión de Vox, que ahora dice irrenunciable, de incorporarse a los gobiernos en los que su apoyo sea necesario podría devolver a Carmena a la Alcaldía en su condición de cabeza de la lista más votada y en ausencia de una mayoría absoluta alternativa. El PSOE también muestra disposición a convertir a Begoña Villacís (Cs) en la nueva regidora madrileña si, a cambio, Rivera accede a apoyar a Ángel Gabilondo para presidente autonómico. Ese acuerdo daría a Ciudadanos una posición institucional muy visible y le libraría de la incomodidad que para un sector del partido supone alcanzar acuerdos con el partido de Santiago Abascal. Ignacio Aguado descartaba ayer esa opción.

Cs también se resiste a dar sus votos a Ada Colau para impedir que el soberanista Ernest Maragall se convierta en alcalde de Barcelona. En este caso, Manuel Valls, distanciado de Rivera pese a concurrir en una misma plataforma electoral con Cs, garantizaría con sus votos y los del PSC que Colau siguiera en la Alcaldía. Maragall considera que se trata de "una operación de Estado" contra ERC. El eurodiputado Luis Garicano es partidario de votar a la todavía alcaldesa para evitar que el gobierno local de Barcelona caiga en manos del soberanismo. En su cuenta de Twitter, Garicano se preguntaba ayer si "¿Se puede votar a una opción mala? ¿Se puede votar a Colau aunque a uno le parezca malísima alcaldesa? Claro que se puede, si es para evitar un resultado aún peor, quizás catastrófico: que los independentistas instrumentalicen y destrocen Barcelona". Garicano es una de las voces más críticas respecto a cualquier posible negociación con Vox.

"Cordón sanitario"

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, mostró ayer su "decepción" por el hecho de que Pedro Sánchez evitara toda alusión al conflicto catalán en su intervención en el Círculo de Economía y advierte que ya no hay "excusas" para no abordar el diálogo con Cataluña. "El 155 político continúa", afirma Aragonès, a través de un cordón sanitario al independentismo como el que se está fraguando en el Ayuntamiento de Barcelona.