Funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Embajada de España en Washington y de la de EEUU en Madrid mantuvieron este martes conversaciones con la Administración norteamericana por la retirada de la fragata de la zona del Golfo Pérsico, sin que hubiera una "queja formal".

Según fuentes del Ministerio de Exteriores, en las relaciones entre ambas administraciones no se ha deslizado queja formal alguna por haber retirado la fragata española Méndez Núñez de esa zona del mar.

Ayer, el Gobierno justificó por la "imprevisibilidad" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la decisión de esa retirada del grupo naval estadounidense que se dirige al Golfo Pérsico en plena crisis entre Washington e Irán.

En la última semana EE. UU. envió a la zona el buque de asalto anfibio USS Arlington, el portaaviones USS Abraham Lincoln, misiles patriot y bombarderos, junto a los que viajaba la fragata española Méndez Núñez, tras denunciar que había detectado "indicios" de planes ofensivos iraníes contra sus fuerzas en Oriente Medio.

A última hora del lunes, el Gobierno decidió retirar la fragata de ese grupo aduciendo razones técnicas.

La ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, explicó que la retirada del buque militar respondía a la "cautela y prudencia" del Ejecutivo ante la "imprevisibilidad" de Trump.

Celaá precisó que la fragata no se reincorporará al grupo naval mientras los buques americanos atraviesan el estratégico estrecho de Ormuz, situado entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico.

Desde Bruselas, donde participa en un Consejo de Ministros de la Unión Europea, la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, afirmó que la decisión del Ejecutivo respondía al "escrupuloso cumplimiento" de un acuerdo técnico-militar firmado entre España y EE. UU.

"Lo que estamos haciendo, el Ministerio de Defensa y el Gobierno español, es cumplir escrupulosamente el acuerdo que firmamos hace dos años" con Washington, indicó Robles.