PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos se repartirán los puestos de la Mesa del Congreso sin que medien pactos que puedan alterar lo que a cada uno de los cuatro grandes grupos parlamentarios les corresponde por su presencia en la Cámara. De consumarse sin cambios esta previsión, el próximo martes, en la constitución de las Cortes de la XIII Legislatura, los socialistas tendrán la presidencia del Congreso y compondrán junto a Podemos la nueva mayoría del órgano que rige la vida parlamentaria, cinco votos frente a los cuatro de PP y Cs. Con ello evitarán el bloqueo de iniciativas legislativas, como ocurrió en el anterior período parlamentario, cuando el PSOE llevó al Constitucional la congelación de propuestas.

El acuerdo entre PSOE y Podemos, prácticamente cerrado, dejaría fuera a los independentistas y a los nacionalistas. La vicepresidenta Carmen Calvo afirma que el criterio del PSOE es que en la Mesa estén los grupos que tienen más escaños, sin que exista necesidad de dar cabida a todos, que ya están representados en la Junta de Portavoces.

Sin embargo, aunque no lleguen a sentarse en la Mesa del Congreso, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, encargada de las negociaciones, incluyó en sus conversaciones al PNV, cuyos seis diputados forman parte del núcleo con el que los socialistas cuentan para que sus iniciativas de gobierno obtengan el respaldo parlamentario. "Hay cuatro grandes grupos y entendemos que la Mesa tiene que ser representativa de esa nueva realidad y tiene que comportarse como no lo hizo la mesa anterior: hay que evitar que se impida el debate en el hemiciclo", defendía ayer Adriana Lastra en una entrevista en la Ser. La "número dos" del PSOE limitó sus contactos con ERC y JxCat a abordar "alguna cuestión menor" y "de intendencia". La negociaciones no incluyen solo el reparto de los órganos de la Cámaras y también determinan aspectos rutinarios de funcionamiento, como la ubicación de cada grupo en el hemiciclo, asunto nada menor .

Los socialistas tendrán la presidencia de ambas Cámaras, aunque el rechazo de los independentistas amenaza con frustrar que Miquel Iceta esté al frente del Senado. La vicepresidencia primera del Congreso podría corresponder a Podemos en compensación a su apoyo a que alguien del PSOE, todavía por determinar, presida la Cámara Baja. Para la elección de esta figura, la tercera autoridad del Estado, se requiere mayoría absoluta en una primera votación, aunque, de no conseguirlo, lo que resulta probable, el proceso se resolverá con una segunda votación entre los dos candidatos con mayor respaldo, imponiéndose el que obtengan más apoyos.