Una veintena de votantes del 1-O narraron ayer al tribunal, a preguntas de las defensas, las agresiones policiales, y "sin mediar palabra", que padecieron el día del referéndum en distintos colegios electorales. Unas acciones que, según su versión -en la antípoda de la ofrecida por los testigos de las acusaciones-, generaron un clima de "miedo" y "humillación" en ciudadanos pacíficos que habían ido a disfrutar con "ilusión" de "la fiesta de la democracia".

En la 40.ª jornada del juicio del "procés", algunos testigos llegaron incluso a denunciar las "palizas" que los agentes de la Policía y la Guardia Civil les propinaron. No en vano ayer pudieron oírse los relatos más duros sobre violencia policial desde que, en febrero, empezó el juicio.

Así, el de un barcelonés a quien, literalmente, le cogieron "por los testículos" y, después, le "tiraron como si fuera un paquete a la calle". O el de una profesora de Dosrius (Barcelona). "Me cogió por la espalda, me dio un pequeño meneo y me tiró al suelo. Una vez en el suelo rompí a llorar histérica y les dije: 'No tenéis derecho, no tenéis derecho'".

La mayoría de los 19 testigos que declararon ayer llevaban el lazo amarillo en la ropa o prendas de este color. Y algunos, además de agresiones, confirmaron la tesis de las acusaciones de que la resistencia en los colegios estaba organizada, si bien ellos prefirieron presentarlo como un ejemplo de autogestión.

Además, la mayoría de los declarantes admitieron que sabían que el Constitucional había suspendido el referéndum y que la Policía y la Guardia Civil tenían órdenes de impedir la votación, pero aseguraron que acudieron a los centros electorales porque consideran que "votar no es delito". E, incluso, que siguieron votando después de que los agentes requisaran el material electoral.

Esta cuestión, precisamente, propició una severa reprimenda del presidente del tribunal, Manuel Marchena, al fiscal Fidel Cadena, que había preguntado a una testigo por qué, si sabía de la ilegalidad de la consulta, había ido a votar. "Vamos a ver señor fiscal", intervino, cortante, Marchena. "Ella, en principio, es libre de decidir si vota, no vota, si lo considera legal, si lo considera ilegal. No puede usted en la pregunta formularle un reproche por haber ido a votar".