Varios votantes del 1-O han detallado al tribunal del 'procés' las agresiones policiales "sin mediar palabra" que provocaron en la gente un escenario de "miedo e histeria", cuando los ciudadanos ansiaban encarar aquel día con "emoción e ilusión" por tratarse de "la fiesta de la democracia".

Cuando se cumplen cuarenta jornadas de juicio, algunos votantes han descrito las "palizas" que protagonizaron los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado contra ciudadanos que en ocasiones rayaron la "humillación" con sus actuaciones, una versión que se sitúa en las antípodas de la imagen que trasladaron al tribunal los agentes.

Tanto es así que este martes se han escuchado algunos de los episodios de violencia policial más duros oídos hasta la fecha, como el de un vecino de Barcelona al que le cogieron "por los testículos", le "levantaron" y le dejaron caer.

"Después me cogieron dos o tres policías, me sacaron arrastrándome y me tiraron como si fuera un paquete a la calle (...); después vino una agente y me pegó un puñetazo en la cara", ha añadido el testigo que, como la mayoría de los votantes que han comparecido hoy, portaba un lazo amarillo o prendas de este color.

O el de una profesora de Dosrius (Barcelona). "Me cogió por la espalda, me dio un pequeño meneo y me tiró al suelo. Una vez en el suelo rompí a llorar histérica y les dije 'no tenéis derecho, no tenéis derecho".

De hecho en este municipio barcelonés, un testigo ha narrado de forma gráfica como el alcalde se colocó dos metros por delante de los votantes para pedirle a los agentes la orden judicial, pero no hubo tiempo porque éstos "le engulleron y le pasaron por encima".

Y en un colegio de Manresa, otro ha hecho hincapié en la forma de actuar de los policías que "se llevaron a niños y gente mayor a otro lado para que no vieran cómo pegaban a sus familiares".

Ahora bien, se da la circunstancia de que esa violencia policial reseñada por los votantes solo se circunscribe a los centros electorales en donde hubo presencia de Policía o Guardia Civil, una visión que refuerza las tesis de las defensas de que solo hubo violencia allí donde actuaron las fuerzas de seguridad del Estado.

Porque en aquellos centros en donde no actuaron, todo transcurrió "con normalidad" sin que lo impidiera ninguna fuerza policial pese a la presencia del binomio de los mossos, quienes tras intentar impedir sin éxito la votación por negarse la gente a ello, optaban en la mayoría de los casos por esperar a que todo terminara para requisar luego las urnas "sin ningún daño ni material ni físico".

Independientemente de que hubiera o no agresiones, todos han proclamado la "firmeza y dignidad" de los ciudadanos, que de manera "espontánea" y "autoorganizada" salieron a votar sin que ninguna autoridad o asociación les instara a ello oficialmente, un detalle que los letrados no han pasado por alto en sus interrogatorios.

De hecho, eran conscientes de las órdenes judiciales del Tribunal Constitucional y del TSJ de Cataluña por los medios de comunicación, de manera que no se sentían interpelados por la Justicia para no acudir a votar, dado que ninguna institución o autoridad les notificó nada personalmente en este sentido.

Pero esa organización ciudadana de base que han trasladado al tribunal no arroja luz sobre quienes movilizaron el material electoral, especialmente cómo llegaron las urnas a los colegios, hasta el punto de que las horas previas estuvieron marcadas por la "incertidumbre" de si habría urnas.Convencidos de vivir "una fiesta"

Todos estaban "convencidos" de que aparecerían, pero nadie ha sabido explicar donde estaban o quienes las trajo, con la excepción de un vecino de Dosrius que ha dicho que "vio llegar a un coche con un señor con una urna", lo que cumplió las expectativas de los votantes, envueltos en la "emoción" que suponía para ellos votar.

Un episodio que refleja, según los relatos escuchados en la Sala, cómo los ciudadanos confiaban en vivir aquel día "una fiesta" o "la fiesta de la democracia" que culminara en poder votar tras un fin de semana "de ilusión, alegría, diversión" que muchos pasaron en familia con todo tipo de actividades lúdicas en los colegios.

Eso sí, entre los 19 votantes se ha colado el relato de un testigo que, a medio camino entre la violencia policial y la fiesta por votar, ha evitado resumir la jornada en términos absolutos.

"Fue un día mezclado entre la fiesta familiar y un cierto miedo de las escenas vividas a primera hora de la mañana y de los días anteriores cuando en la televisión explicaban el desembarco de miles de Policías y las despedidas en los cuarteles", ha dicho.