El BNG se ve a las puertas del Congreso de los Diputados. Que finalmente regrese o no depende de los votos del domingo, pero el nacionalismo gallego se deja envolver por un cierto espíritu de remontada en clave de "esperanza". Y de "afouteza". Aprovechando su presencia en Vigo, la líder del frente, Ana Pontón, se sirvió del eslógan del celtismo para invocar el regreso del nacionalismo a Madrid, y de paso, su papel como valladar contra el radicalismo. "El 28 de abril tenemos al alcance de nuestra mano Galicia tenga voz y que el BNG sea quien le pare los pies a la derecha antigallega", proclamó.

En la recta final de campaña, Pontón intentó abrir una brecha en un clima político marcado por el auge de Vox y las acusaciones de trazo grueso. En ese sentido, llamó a hacer frente a la "política del miedo" que practica tanto la derecha como la izquierda. "Unos porque son los apóstoles del miedo y otros porque creen que la gente se va a conformar con la política del mal menor", sentenció en un mitin celebrado en el Auditorio Afundación, y que colgó el cartel de completo.

La portavoz nacional del Bloque también dio la vuelta al discurso a favor de concentrar el voto -un "viejo cuento", dijo, que emplean sobre todo PP y PSOE- y calificó directamente de "inútil" cualquier apoyo que recale en los partidos estatales. Entre ellos, el de Pedro Sánchez, que visitó Vigo hace semanas y no dejó "ni una sola propuesta" para la ciudad. O también el de Pablo Iglesias. El líder de Podemos que "pasó de querer asaltar los cielos a ser una especie de apóstol de la Constitución del régimen del 78", agregó.

Uno y otro estuvieron en los debates televisados que, ayer, sirvieron de espoleta al BNG para incidir en el escaso protagonismo de los gallegos. Pontón recordó las menciones a Cataluña, a Baleares o a Extremadura? "¿Y Galicia para cuando?", se cuestionó. Una comunidad para la que el nacionalismo sigue recetando "una tarifa eléctrica gallega", "un concierto económico propio" o una transferencia de la AP-9. Un territorio, en fin, que Pontón pidió no convertir únicamente "en un geriátrico para los que tienen morriña".

La intervención de la referente del BNG fue la guinda a un acto que abrió el rapero Hugo GZ -"España no es reformable", cantó al inicio- y en el que intervino también la candidata del partido al Congreso por Pontevedra. En su discurso, Carme da Silva defendió el valor triple del voto al Bloque: "Para que Galicia tenga voz, para que Vox y sus amigos no entren en Galicia y para que haya una verdaderas políticas de izquierda". Sin embargo, la aspirante no circunscribió el potencial de la formación al "nicho" de voto nacionalista, sino que reclamó "sumar" en sus siglas "a todas las personas que le quieren a este país". "Votos celestes" y "rojos", como los definió el candidato a las municipales, Xabier Igrexas, que las urnas determinarán si son suficientes para que el BNG tenga asiento en Madrid.