La desaparición de la placa en recuerdo de la artista transexual Cristina Ortiz, conocida como 'La Veneno', es el último de una larga lista de ataques contra los homenajes hechos por el Ayuntamiento de Madrid a quienes lucharon por la democracia y los derechos humanos o contra la dictadura franquista.

Y destacan por reiterados los ataques a dos homenajes: el recuerdo a la estudiante Yolanda González, asesinada en 1980 por un comando de ultraderecha cuando tenía 19 años y el monolito en homenaje a las Brigadas Internacionales erigido en Vicálvaro, que arrastra ya al menos cuatro ataques.

Pero no sólo. Recientemente también atacaron la placa instalada por el Ayuntamiento de Madrid al poeta Marcos Ana, el preso más longevo del franquismo y las tumbas de la dirigente del Partido Comunista Dolores Ibárruri, la 'Pasionaria', y del fundador del PSOE, Pablo Iglesias, fueron profanadas en el cementerio de la Almudena.

Esvásticas, frases como "rojos asesinos" o inscripciones como "El valle no se toca" son las muestras que dejan tras de sí estos atacantes.

Estos incidentes, algunos reiterados, han aumentado en los dos últimos años, según señala a Efe Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde de la capital y responsable de memoria y derechos humanos en el Gobierno de Manuela Carmena.

Valiente vincula el mayor número de ataques con "un discurso de odio muy generalizado en Europa", pero también con el "papel de vanguardia" que Madrid juega a su juicio en la recuperación de la memoria democrática y la reparación de las víctimas.

Para el edil, el "trasfondo claro es un discurso del odio muy vinculado al crecimiento de la extrema derecha" pero también "al discurso acomodaticio" que atribuye a la derecha, a la que le reprocha que no haga una condena implacable de este tipo de sucesos.

Preguntado por la existencia de ataques de signo contrario -también hubo vandalismo contra el mausoleo de Calvo Sotelo y el de Lola y Antonio Flores- señala que "no es bueno hacer un batiburrillo" pues en su opinión estos ataques señalan el peligro de la xenofobia, la extrema derecha, la homofobia o el machismo.

"Ese discurso del odio no se va a salir con la suya", añade Valiente, que considera que cada acto vandálico es también una oportunidad para hacer pedagogía y volver a recordar quién eran las víctimas y personas recordadas así como su lucha y sus valores. E insiste: "Les va a salir el tiro por la culata".

Para Valiente, "sin este ejercicio de reparación permanente corremos el riesgo de volver a las peores pesadillas que tuvimos durante la Transición y la dictadura".

Además, admite que el Ayuntamiento no puede poner vigilancia las 24 horas para evitar este tipo de ataques, aunque sí hay una labor de investigación para esclarecer estos hechos, por lo que desea que todo el peso de la ley caiga contra quienes violentan la memoria de la ciudad.