El principal debate en televisión de la campaña electoral quedó ayer en el aire después de la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) de excluir a Vox. La resolución responde a una reclamación de JxCat, PNV y Coalición Canaria contra su exclusión pese a ser fuerzas con representación parlamentaria, algo de lo que carece el partido de Abascal. En un intento de salvar el debate, Atresmedia redujo su plan inicial, para el ya tenía incluso la escenografía, a un debate entre Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias. El líder del PSOE dio su conformidad a esa opción pese a que días atrás rechazó acudir a TVE con el mismo formato, por el empeño de los responsables de su campaña en que la confrontación permita visibilizar el bloque de PP, Cs y Vox. Al quedar fuera la formación ultraderechista, la televisión pública reclamó ayer la posibilidad de emitir también el debate a cuatro que había propuesto días atrás.

La JEC hizo tambalearse ayer el que se presentaba como el debate principal de la campaña, programado para el martes próximo y con las urnas ya muy cerca, al atender la reclamación de JxCat, PNV y Coalición Canaria, al entender que ese formato no respeta la proporcionalidad, la neutralidad y la igualdad que la normativa electoral exige a todos los medios, con independencia de su titularidad. La presencia del líder de Vox, vulnera esos principios, en especial el de proporcionalidad, al concederse presencia televisiva a una fuerza extraparlamentaria mientras se excluye a quienes sí tienen representación en el Congreso.

Ante esta eventualidad, Atresmedia se acogió a la posibilidad abierta por la JEC para que plantease un nuevo formato de debate y optó por un contraste entre los candidatos de los cuatro principales partidos. El grupo de comunicación asumió la decisión de la Junta Electoral al tiempo que mostraba su disconformidad con la misma y justificó el plan inicial de un debate "a cinco" por el "interés periodístico".

A la vista de esta nueva opción, TVE puso de nuevo sobre la mesa su oferta de un debate de los cuatro candidatos principales, posibilidad que se frustró la semana pasada, entre críticas desde la propia televisión pública, por el rechazo del presidente Sánchez. El líder del PSOE fue, sin embargo, el primero en confirmar ayer que acepta las nuevas condiciones para el enfrentamiento televisivo, según una nota del comité electoral, que anticipa que "escuchará y estudiará las distintas alternativas de debate que se planteen en los próximos días".

La decisión de la JEC se convirtió ayer en uno de los polos de atracción de la contienda electoral. Vox denunció la "persecución" que asegura sufrir por parte de las instituciones. "Se ha demostrado que en España mandan los separatistas. Junqueras puede ir a los debates y nosotros no", afirmaba Santiago Abascal para dejar constancia del "trato injusto" que sufre su partido.

Pablo Casado aprovechó para reclamar de nuevo un cara a cara con Pedro Sánchez, algo que el líder del PSOE rehuye porque "tiene miedo". Para Rivera, la presencia de las formaciones nacionalistas en el debate es innecesaria porque "ya los representa Sánchez". Pablo Iglesias garantiza que estará en el debate a cuatro.