El primer mitin que Pablo Casado buscó en Galicia fue uno de carácter rural. En una pequeña aldea del ayuntamiento de Santiago situada a unos 15 kilómetros del centro urbano. Bajo una carpa y con menú de empanada y churrasco al acabar las intervenciones. Y en este escenario, el líder nacional del PP anunció que si gana las elecciones generales creará el Ministerio de Familia, cuyos retos serán afrontar el "invierno demográfico", combatir la despoblación y el riesgo sobre la sostenibilidad de los servicios y centralizando todas las políticas sectoriales en la materia. "Porque estamos convencidos de que lo más importante de una sociedad es la familia y solo las familias pueden asegurar la viabilidad del Estado", declaró.

Este ministerio que comprometió Casado sigue la senda de la Consejería de Salud y Familias que se creó a principios de año en la Junta de Andalucía tras la llegada al Gobierno de esa comunidad de Juan Manuel Moreno con un pacto entre PP, Cs y Vox. Pero un departamento igual ya existió en la Xunta de Manuel Fraga.

Al acto acudieron, entre otros, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y las cabezas de lista al Congreso por Pontevedra, Ana Pastor, y A Coruña, Marta González. A su llegada, la comitiva principal fue recibida por gaiteiros, pero antes tuvieron que sortear una protesta de trabajadores del transporte de basura a Sogama, que esta pasada medianoche iniciaron una huelga indefinida.

En su intervención -fue el primero en hablar- comentó que tratará de ayudar a los jóvenes para que se pueden emancipar y que las mujeres que quieran ser madres cuenten con todo el apoyo de las instituciones, desde los ayuntamientos hasta el Gobierno central. Por supuesto, también abogó por incrementar las medidas de conciliación, por lo que avanzó beneficios fiscales para las empresas que apuesten por esta vía, y adelantó que elaborará una regulación para el teletrabajo, "para acabar con ese presencialismo en los puestos de trabajo que hace que no se pueda salir de la empresa y ocuparse de la familia".

Casado no hizo mención explícita ni a Ciudadanos ni a Vox y descargó toda la munición contra Pedro Sánchez, al que no se cansa de calificar como "amenaza para España" o "peligro público", pero advirtió a sus militantes del riesgo que supone la fragmentación del voto nucleado en torno al PP. El beneficio será para el PSOE. "Votar es gratis, pero el resultado puede salir muy caro", avisó, que no sería otra cosa que volver "a las páginas más negras de la historia de España", que a su juicio es la etapa de Zapatero y los ocho meses de Pedro Sánchez.

Alertó también que de repetir Sánchez en Moncloa tomarían con él las riendas de mando los "comunistas" de Podemos, los independentistas y los "proetarras" de Bildu, circunstancia que consideró "vergonzosa" tras asesinar ETA a 800 personas. "¿Os imagináis que prácticamente los que estáis aquí sentados sois tantas personas como las víctimas de los criminales de ETA?", espetó al millar de asistentes al mitin.