El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, abrió ayer la campaña electoral con un mitin en Ourense, en el que tras arropar a los candidatos del PSdeG al Congreso, Marina Ortega, y a la Alcaldía de la capital, Rafael Rodríguez Villarino, hizo una llamada unánime para pedir a los socialistas que acudan a las urnas el 28-A, "para frenar el auge de la ultraderecha", y alertó también, en clara alusión a la causa soberanista catalana, contra aquellos que "ponen fronteras mentales o físicas. No queremos más frentes, más divisiones ni una marcha atrás en la historia", indicó. Advirtió de que "ya no hay centro", pues "Albert Rivera y Ciudadanos piden un cordón sanitario contra el PSOE y en Europa eso se haría con Vox, pues hacen cordones contra la ultraderecha".

Acompañado por el secretario del PSdeG-PSOE y en un salón de actos del edificio politécnico del campus de Ourense lleno de seguidores, Borrell calificó de "hiperventilados" a los jóvenes que hicieron un escrache en Cataluña a la candidata al Congreso por Barcelona, la diputada Cayetana Álvarez de Toledo. "Hay que condenar estas actuaciones intolerantes, vengan de quien vengan y afecten a quien afecten", señaló, "pues mañana le puede pasar a cualquier otro".

Alertó de que es un momento crucial para votar una propuesta socialista, la que defiende "derechos a la educación, a la salud, las prestaciones tengas o no con que pagarlos", apuntó, "frente a los que ven los derechos como una mercancía para comprar y vender", alertó en relación a la privatización de la sanidad pública.

También recordó que "ahora el PSOE vive un momento con un centro que se ha despoblado, pues Ciudadanos pacta con Vox y el PP y no con los socialistas, y Podemos está en un momento de desintegración", señaló sobre la ruptura interna que vive la formación.

Tachó de "política de la peor clase" a aquella que utiliza las 'fake news', lo que siempre llamamos bulo", para alertar de que "si ganamos nosotros pactaremos contra el independentismo, o para hacer ver que la inmigración no es una amenaza", en lo que definió como "manipulación emocional" del electorado.

Asimismo, abrió la puerta a la inmigración como parte de la solución al grave problema demográfico que atraviesa España y subrayó que la entrada de inmigrantes obedece a una "necesidad mutua" para ambas partes. "¿Cómo puede criticar la inmigración un país que fue emigrante como el español, como los gallegos?", preguntó en voz alta.

Por su parte, el secretario de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, enfatizó que "estas son unas de las elecciones más importantes desde los años 80" y pidió que "ningún voto de un gallego progresistas se quede el 28-A en casa, porque ese fue el motivo del 'susto' de Andalucía", e hizo alusión a los doce escaños obtenidos por Vox y su condición ahora de socio de gobierno, a causa, en parte, "de muchos votantes progresistas que n no fueron a votar en Andalucía".

El candidato a la Alcaldía de Ourense hizo un elogioso resumen de todos los logros conseguidos en materia de infraestructuras o telecomunicaciones durante la etapa de Josep Borrell en los primeros gobiernos socialistas como ministro de Obras Públicas.