Tres agentes de la Policía Nacional relataron ayer al tribunal que una pareja de Mossos de paisano, pero con "medios de transmisión ocultos y armas cortas bajo las chaquetas", les siguieron de un colegio electoral a otro, en el barrio de Les Corts, en Barcelona, la jornada del 1-O, en un vehículo del departamento de Presidencia de la Generalitat.
La vigesimonovena jornada del juicio del "procés" permitió el examen de dieciséis testigos entre miembros del Cuerpo Nacional de Policía y agentes de los Mossos y de la Guardia Urbana de Badalona.
Los últimos, en número de cinco, declararon a petición de la acusación particular, que ejerce Vox, para esclarecer un episodio que ya ha dejado de interesar a los fiscales y a la abogada del Estado, que no formularon preguntas, a pesar de que implica a Jordi Cuixart, acusado de rebelión.
Se trata de la requisa -frustrada en parte por la intervención de Cuixart- de unos carteles del 1-O el 25 de septiembre de 2107 en Badalona. Un incidente que ya ha sido archivado por la Audiencia de Barcelona y que testigos citados previamente por la Fiscalía, también guardias urbanos, relativizaron en jornadas previas.
El más locuaz de los agentes municipales que prestaron testimonio ayer dijo que Cuixart les acusó de estar "haciendo el ridículo, que podíamos haber pasado de largo. Era como de colegueo", acabó por decir.
El nudo de las testificales de ayer lo compusieron los relatos de las intervenciones de la Policía Nacional en los puntos de votación del distrito barcelonés de Les Cortes. Y, sobre todo, los de tres inspectores que realizaron labores de contravigilancia.
"Actitud expectante"
El primero que prestó declaración describió la presencia en el colegio Pau Romeva, en "actitud expectante", de "dos individuos, mossos que llevaban medios de transmisión y botas tácticas, uno de ellos con una defensa extensible", que al término de la intervención policial "se dirigen corriendo" a un coche y salen "detrás de nuestras unidades".
Esta versión fue corroborada por dos agentes más, uno de los cuales relató a la Sala que en los centros de votación había personas encargadas de avisar de la llegada de las unidades de intervención. "Oímos gritar: '¡Viene la Policía, cerrad la puerta!'. Y la cerraron con una cadena y un candado".
Otro testigo listó algunos de los insultos con que les recibieron los votantes en el Pau Romeva: "Nos llamaban maricones, basura, escoria, mercenarios, terroristas, y nos decían: ¡Qué valientes sois con los escudos!". Y un policía que dirigía a los agentes de paisano que debían requisar el material electoral en los colegios de Sarrià-Sant Gervasi contó que un funcionario había visto "urnas cargadas" en un coche logotipado de los Mossos.